Descubrí a Alessandro Baricco hace unos años gracias a Ana Torroja, la vocalista del grupo Mecano. (Algo más por lo que darle las gracias). Y desde entonces, no he dejado de quererlo, sí, quererlo. ¿Se puede querer a alguien que no conoces sólo por lo que escribe? Pues sí, se puede. Yo quiero a Baricco. Quiero a sus libros. Quiero a esa singularidad suya tan musical, tan poética, tan onírica, tan envolvente, tan emocional en los pequeños detalles, (como bien describió el escritor Guillermo Busutil), que convierte cada historia en una hermosa sinfonía literaria. Y quiero a sus personajes. A todos. Y con ellos he buscado la utopía y la felicidad.
Primero fue Seda. Después, Tierras de Cristal. Detrás, Océano mar. Y luego, Novecento. Y City. Y sin Sangre. Y Emaús. Y más recientemente, Mr. Gwyn. Pero hoy quiero hablaros de Esta historia, (Questa storia. 2007. Premio FriulAdria “La storia in un romanzo”, 2011), uno de mis favoritos.
En Esta historia, Baricco se atreve con una estructura fuera de lo común y usa diferentes voces narrativas para adentrarnos en una historia salpicada de detalles históricos reales que parecen surgidos de un delirio casi onírico. Debido a los cambios de estilo, de narrador o de tiempo histórico, (abarca casi todo un siglo), y a un lenguaje ágil y expresivo, la novela, con sus más de trescientas páginas, es bastante dinámica y ligera de leer.
Narra la vida de Último Parri, hijo de un ganadero italiano que a principios del siglo XX decide vender su ganado para montar un taller de reparación de vehículos en un tiempo en el que éstos escaseaban y no eran otra cosa que un juguete de ricos. La primera vez que Último ve un automóvil tiene cinco años. Marcado por la pasión de su padre y el misterio de un accidente, su fascinación por el mundo del motor declina en algo más peculiar: su pasión por las carreteras.
“Voy a construir una carretera, dijo. En algún lugar, no sé, pero la construiré. Una carretera como nadie se la haya imaginado nunca. Una carretera que acaba donde empieza... y, ¿sabe qué le digo?, la haré lo suficientemente larga para que quepa toda mi vida, curva tras curva, todo lo que mis ojos han visto y no han olvidado”.
Así pues, Esta historia no es sólo la historia de su vida, es la historia de la consecución de un sueño:
“La gente vive años y años pero, en realidad, únicamente durante un tiempo vive de verdad, y es cuando consigue hacer aquello para lo que nació”.
En uno de los capítulos de Esta historia, y escrita con la cuidada cadencia de la prosa del mejor Baricco, el autor nos muestra, cuando Último cuenta con dieciocho años, uno de los episodios más sangrientos de la Primera Guerra Mundial: La batalla de Caporetto. (Lo importante es comprender, dice el autor, que la Historia, en estas páginas es menos real que la que se puede ver en el Canal Historia, pero mucho más que la que se puede encontrar en Cien años de soledad).
“Me fui a la guerra para hallar de nuevo algo que no fuera únicamente niebla ilegible. En su seno me encontré con Caporetto, una larga experiencia en el vacío de toda clase de certezas, el eclipse total de todas las carreteras”.
El contra punto de la historia aparece con el personaje de Elizaveta. Con veinticinco años, Último Parri conoce al gran amor de su vida, una joven aristocrática rusa venida a menos tras la revolución bolchevique y con la que malvivirá vendiendo pianos.
“¿Sabe cómo se puede saber si alguien te ama? Te ama de verdad, quiero decir. Nunca he pensado en ello. Yo sí. ¿Y ha encontrado una respuesta? Creo que es algo que tiene que ver con la espera. Si es capaz de esperarte, te ama”.
Y así, a través de diversos episodios en la vida de Último Parri, y de las voces de distintos personajes, Baricco logra elaborar la figura y psicología del personaje principal. Y nos llevará hacia un desenlace que no por ser menos esperado es menos hermoso.
Baricco invirtió tres años en escribir esta novela. El 5% de los derechos de autor del libro están destinados a la asociación Casa Oz. (Se ocupan de niños con enfermedades graves o incurables, así como de sus familias. Para mayor información: www.casaoz.org).
Quiero terminar con otra de las muchas frases de este libro que guardo en un cuaderno:
“No está triste la gente que espera, ni tampoco la que recuerda. Simplemente está lejos. Yo estoy esperando, me dijo. ¿Qué? Estoy esperando hacer aquello para lo que nací”.
Punto y Seguido
Preciosa reseña Isa, me han entrado unas ganas locas de leer el libro. Yo de momento solo he leído de él "Seda" y "Océano mar". Lo añadiré a la lista de este verano.
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Mª Paz
Yo creo que te va a encantar, Mari Paz. Ya me contarás. Esta historia y Tierras de cristal son mis favoritos. Cuando lees el libro parece que lees varios diferentes, pero todo está interconectado, es una larga carretera, con muchas curvas.
ResponderEliminarBesos
Isa Merino
Baricco fue uno de mis padres literarios (como se suele decir). Su Océano Mar me hizo lanzarme a escribir. Necesitaba contar, narrar las historias que salen de uno, las fantasías que sobrevuelan mi cabeza. Baricco, con su prosa musical, te incita a imaginar. A soñar, diría yo. Pienso que cuenta historias como se hacía antiguamente, con el tono de los abuelos, con la calidez de una chimenea y el aroma del puchero.
ResponderEliminarDescubrí a Baricco con Seda, que devoré en tiempo récord y me enamoró, y luego con Noveccento (magistralmente representada en teatro por Miguel Rellán).
ResponderEliminarA continuación me prestaron un ejemplar de Esta Historia con esa Ouverture con una puntuación desconcertante y sobre todo, donde me encuentro ahora, el Memorial de Caporetto, donde abundan los calificativos y las palabras de tres o más sílabas que entorpecen la comprensión de la lectura.
Espero que al terminar este capítulo cambie el estilo porque, en este momento, no puedo decir que esté disfrutando de la lectura y se está convirtiendo para mí casi en un castigo.
mostoman, yo te animo a seguir.
ResponderEliminarHay escritores que priorizan las historias, otros los personajes y otros que el ritmo. Baricco se inclina en una y otra dirección según la historia que quiera contar. Ninguno es igual pero todos tienen ritmo y musicalidad, y unos grandísimos personajes (como en Océano Mar, por ejemplo). El estilo de Esta historia a mí me parece soberbio y el ritmo también. Y los personajes. Y el tono. La historia está dividida en partes, como la vida misma. Ciclos. Ninguno es igual y ninguno va a ser escrito o leído igual. La parte que estás leyendo es más densa, se trata de un memorial, de una parte dura y llena de complejidades para el personaje y su mundo, tanto exterior como interior, por lo tanto esa parte de la lleva un ritmo diferente al del resto del libro, el ritmo del personaje y su vivencia de esa parte de su vida. La parte primera, si te fijas, te lleva de la mano, como un padre a un hijo en la infancia, y la parte amorosa tiene más diálogo, pues una pareja es muchas cosas pero el diálogo es primordial. Yo te animo a seguir, date cuenta que es toda una vida, alegre, amarga, densa, ligera..., como te decía, y al final todo toma sentido. Cuando esa carretera esté construida, entenderás que todo ese camino era necesario para completar el ciclo. En cuanto a los calificativos y las palabras de varias sílabas, es el tono de esa parte, su musicalidad, lo que la diferencia del resto. Si toda la vida fuera igual, no sabría de la misma manera. En el libro ocurre lo mismo. De todas maneras, no todos los libros del mismo autor gustan al mismo lector, ni hay que esperar lo mismo en todos los libros, que sean diferentes hace conocerlo mejor. A mí me gustan todos, la verdad. Ahora estoy con uno de él, precisamente. La esposa joven.
Gracias por dejar tu opinión y tu sensación mientras lo estás leyendo. Espero que podamos seguir conversando sobre Baricco y su obra. Es interesante contar con todos los puntos de vista posibles. Eso nos enriquece a todos.
Un saludo
Isabel Merino
(Punto y seguido)