El comienzo de
una narración no es algo que haya que tomarse a la ligera. Romper el bloqueo
del folio en blanco es importante con cualquier frase que arranque la
narración, pero luego hay que volver a ese inicio y reformarlo de modo que
atrape al lector.
El inicio debe
contener las claves de lo que se va a contar. Es como un plano donde
están contenidos muchos de los resortes que van a disparar a los personajes, la
intriga, la trama y sobre todo el tema.
Un buen comienzo…
· Ha de
cautivar al lector con intriga. Atraparlo como a una presa y evitar que escape
· Ha de
crear expectativa de lo que se va a leer en las páginas.
· Tiene que
presentar a algún personaje al que sigamos durante la narración, o que nos
acompañe hasta otro principal o protagonista.
· El tipo
de narrador ha de definirse a simple vista para que el lector no se sienta
defraudado algunos párrafos más allá. El narrador es como un perro guía
invisible que te va llevando por el camino de la narración. Debe de mantener la
coherencia y pisar fuerte sobre los tramos más complicados para evitar que el
lector se pierda. Puede estar cerca de la acción o lejos, puede ser testigo o
protagonista, puede ser como un Dios que todo lo ve y sabe todo lo que piensan
los personajes, puede ser como el subconsciente de uno de ellos o
simplemente puede ser la mirilla por la que a través de ella vemos la vida de
los personajes. Elegir el narrador es una de las tareas más importante del autor.
Un mal narrador hará que el lector pierda el interés y se marche antes de
llegar al final.
· Debe
ayudar a imaginar el espacio físico y temporal donde se va a desarrollar la
historia.
· Tiene que
innovar, es decir, evitar los lugares comunes de los comienzos. Que el lector
no piense que está leyendo lo mismo de siempre: “Érase una vez…”, “Aquella
tarde de verano”, “El día había amanecido con un gris plomizo” “Fernando salió
de casa para ir al trabajo”…etc.
· Evitar
los jeroglíficos. El principio debe ser claro y contundente.
· Entrar de
lleno en la historia. Sin rodeos.
· Por
último, el comienzo debe contener en sí mismo el tema del que vas a hablar. El
lector, desde el primer instante, aunque no lo perciba, debe quedarse inconscientemente
con algo que marque la intención de lo que se va a contar. Os propongo que
cuando leáis un buen libro, regreséis al comienzo y volváis a leerlo. Veréis
como muchas de las cosas que has vivido están concentradas en ese párrafo.
Para finalizar os
detallo diez de los mejores comienzos literarios de todos los tiempos.
Obviamente habrá algunos que falten. Estaré encantado de que nos los hagáis
llegar en los comentarios
A modo de juego, los
títulos y autores están al final. He escogido aquellos que contienen todas o
algunas de las características que he detallado más arriba. No están ordenados
por importancia. Además de adivinar de qué novelas se trata, os reto a analizar
dónde se encuentra en ellos ese gancho que nos hace querer seguir leyendo. El
primero es fácil…
1.- En un lugar
de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía
un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo
corredor.
2.- Vine a Comala
porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.
3.- Era un viejo
que pescaba solo en un bote en la corriente del Golfo y hacía ochenta y cuatro
días que no cogía un pez.
4.- Lolita, luz de
mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la
lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para
apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.
5.- Cuando
Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se
encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.
6.- El pueblo de
Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del Oeste de Kansas, una zona
solitaria que otros habitantes de Kansas llaman “allá”.
7.- Si de verdad
les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde
nací, como fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de
tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de
contarles nada de eso.
8.- Muchos años
después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había
de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
9.- ¡Es cierto!
Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué
afirman ustedes que estoy loco?
10.- Hoy ha
muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé.
Pedro Rojano
Punto y Seguido
1.- El Quijote
(Miguel de Cervantes).
2.- Pedro Páramo
(Juan Rulfo).
3.- El viejo y el
mar (Ernst Heminway).
4.- Lolita
(Vladimir Nabokov)
5.- La
metamorfosis (Franz Kafka)
6.- A sangre fría
(Trumann Capote)
7.- El guardián
entre el centeno (Salinger)
8.- Cien años de
soledad (Gabriel García Márquez)
9.- El corazón
delator (Edgard Allan Poe)
10.- El
extranjero (Albert Camus)
ahí va este:
ResponderEliminar"Mi padre me enseñó a hacer daño a la gente una noche de agosto en el autocine Torch cuando yo tenía siete años."
de "La vida real", Donald Ray Pollock