Nunca abrimos el sobre con el resultado de la autopsia. Nos lo hicieron llegar por correo certificado y lo dejamos encima del taquillón, junto a la puerta del dormitorio. Lo mirábamos con cierta melancolía al levantarnos cada mañana o al cambiarnos de ropa.
Durante los desayunos, recordábamos detalles de cuando Lala vivía con nosotros. Detalles sin importancia: su forma de mirar y de levantar la cabeza cuando le hablábamos, o las carreras hasta la puerta cada tarde, al oírnos llegar a casa.
No abrimos el sobre, no hizo falta. Lo dejamos en el suelo cuando nos mudamos, junto al cesto donde dormía, la correa de los paseos y las fotos de nuestra boda.
Durante los desayunos, recordábamos detalles de cuando Lala vivía con nosotros. Detalles sin importancia: su forma de mirar y de levantar la cabeza cuando le hablábamos, o las carreras hasta la puerta cada tarde, al oírnos llegar a casa.
No abrimos el sobre, no hizo falta. Lo dejamos en el suelo cuando nos mudamos, junto al cesto donde dormía, la correa de los paseos y las fotos de nuestra boda.
Fotografía de Chema Madoz
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