Muchos han leído «El amante», y muchos más vieron la película, pero estimo que «El amante de la China del Norte» ha tenido menos lectores, por eso quisiera comentarla. Por eso y porque hoy su autora cumpliría 100 años. Contrariamente a «El amante» que está escrita en primera persona, la novela de la que hablaré cuenta, supuestamente, lo mismo, con más detalles pero en una segunda persona que por momentos tiene tintes omniscientes, como sobrevolando todo, incitando a convertirla en película. Incluso hace comentarios al pie donde sugiere cómo podría verse la escena, dónde poner las cámaras. Esto no es extraño teniendo en cuenta que ella además era guionista y directora de cine.
Estimo que este recurso tiene un sentido: se trata de su autobiografía, de algo doloroso, de algo difícil de contar. La niña, porque era una niña, sólo tenía catorce años en ese momento, no dieciocho como en la anterior donde es evidente que ha querido ser políticamente correcta. Para escribirla se aseguró de que el chino estuviese muerto. Las escenas no se muestran de manera erótica, sino casi poética, donde el amor prevalece por encima de todo. El amor de él mucho más que el de ella. En esta novela cobra importancia crucial la relación con su madre y sus hermanos, sobre todo con el pequeño. La niña no tiene pudor y lo vive todo con crudeza, casi con inconsciencia. En esta novela abundan los diálogos y los silencios. También los gestos mínimos y una excesiva (para mi gusto) abundancia de lágrimas. Los encuentros son lacrimógenos. Él llora su amor imposible. Ella llora por la situación económica de su madre, por su hermano menor que le teme al mayor, porque la llevarán a Francia y la separarán de «el chino», como lo llama en toda la novela. Pero este llanto sólo se describe así: llora. Y llorar es una forma de expresión más, sólo eso. Una forma que no puedo juzgar en la medida que ella recrea sus recuerdos.
Para aquellos que lo desconozcan, Marguerite Duras nació en Saigon en 1914. Pasó su infancia y adolescencia en la Indochina Francesa. Luego se mudó a Paris donde vivió el resto de su vida. «El amante» es una novela corta y fue publicada en 1984. «El amante de la China del Norte» es más larga y se publicó en 1991. Su obra literaria cuenta con unas cuarenta novelas y una docena de piezas de teatro. «El amante» no es su mejor novela, pero sí la que la hizo famosa. Y tras la película, de 1991, se acrecentó su fama. Con relación a «El amante de la China del Norte» me parece mejor que la primera. Estimo que es esa lejanía del tono del narrador lo que atrapa, aun conociendo la historia.
«Él la mira con todas sus fuerzas. Con las manos le desnuda el rostro para verla hasta el sinsentido, hasta dejar de reconocerla. Ella dice:
—Me habría gustado que nos casáramos. Que fuéramos amantes casados.
—Para hacernos sufrir.
—Sí. Para hacernos sufrir lo más posible.
—Tal vez hasta la muerte.
—Sí. Tu mujer tal vez también hasta la muerte. Como nosotros.
—Tal vez.
—Gracias a ese sufrimiento que yo os doy a ella y a ti, estaréis casados gracias a mí.
—Ya estamos eso, casados gracias a ti.
Muy bajo, muy suavemente, ella llora, dice que no puede impedirse llorar, que no puede…»
Andrea Vinci
Punto y Seguido
Existe Margherite, y después está el resto,,,
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