(…)
De
todos era conocida la paranoia de Méndez de creer que había muerto
hacía varios años y que el tiempo que vivía no era otra cosa que
un robo involuntario del tiempo de inocentes. Méndez se acercó a
Levinson y le abrazó dejando escapar un llanto amargo. Aquel día se
encontraba especialmente acongojado, y no sin motivos, ya que según
le explicó a Levinson, los últimos treinta minutos se los había
robado a un pobre vaquero de Wisconsin que en ese momento se debatía
entre la vida y la muerte. Levinson trató de explicarle, con las
evidentes dotes docentes que aún poseía, que su tiempo de vida era
exclusivamente suyo. Méndez mutó su expresión. Por un momento
pareció convencido, pero en realidad trataba de encontrar argumentos
con los que rebatirle.
(…)
La naturaleza cuántica del tiempo.
Un relato de Pedro Rojano.
Este relato al completo podréis leerlo en nuestro libro:
Maneras de desandar el tiempo.
Punto y seguido 2015
Nota: Maneras de desandar el tiempo se presentará el día 1 de Octubre en el Ateneo de Málaga, sito en calle Compañía núm. 2.
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