No voy a hablar de cuestiones técnicas porque esta película se llevó todos los premios. No se trata de eso, sino de reflexionar sobre lo que Alfonso Cuarón y su hijo Jonás nos han querido contar con esta historia en la que la tierra es actor de reparto. Parecería ser una película más de aventuras, de héroes, de finales felices. Yo creo que es mucho más que eso: es la metáfora de la soledad, de la indefensión, del renacimiento.
Todo se inicia por la destrucción generada por el mismo hombre, igual a la de la tierra, pero esta vez en el espacio. No pensamos en las consecuencias. Basura que ignoramos. Allá. Aquí. Hacemos como que no está, total ya no viviremos para la hecatombe. Pero la basura destruye, atropella, y de golpe todo se sale de control y se convierten en víctimas de su propia creación.
En un acto heroico el personaje masculino humaniza a la humanidad, la deja ir, la invita a salvarse. Ella giraba sin parar. Parece que podría convertirse en chatarra cósmica. Gira como su terror, como sus pensamientos neuróticos, esos pensamientos que todos padecemos y mascullamos en soledad. Frenarnos: cuántas veces lo deseamos, ver con claridad, entender la soledad en la que vivimos a pesar de estar rodeados. Nadie termina de comprender nuestro dolor, y mucho menos el terror a la muerte, que es propio, solitario y sin consuelo. Esta vez las imágenes dan vértigo en ese espacio de ingravidez. Está lejos de casa. Una mujer lejos de casa.
Andrea Vinci
Punto y Seguido
Muy bien comentado, me gusta mucho. El inmeso ruido que nos rodea nos confunde y en realidad la soledad en estos momentos es un placer a saborear. En este caso el actor tiene una visión distinta a la de ella, pero al final se demuestra que ella tenía siempre en mente sus opiniones. Creo que basicamente esta historia nos hace que reflexionemos sobre quienes somos ahora mismo y hacía donde vamos. Dificil lo tenemos si somos como un virus para el planeta, allá donde vamos no crece ni la hierba. Un saludo
ResponderEliminarGracias "Anónimo". Muy interesante tu comentario.
ResponderEliminarGracias. La veré.
ResponderEliminarBesos!
Las soledades tienen su propia sinfonía: el chirriar del grillo en la noche, el ladrar de los perros, o un tren pitando en la lejanía y llegan a formar esa melodía que nunca será perpetua ni constante. Para algunos la soledad es ese pesado silencio que en ocasiones llega a ser el sonido más estridente, los pensamientos entonces son como un aullido obsesivo que rompe con la escasa soledad a la que cualquier ser humano tiene derecho. Me gusta tu analogía “La metáfora de la soledad…” y a continuación tu texto me lleva a sentir ese terror de estar sólo como lo mostraba Alfred Hitchcock en sus películas y al mismo tiempo a zambullirse en la majestuosidad del espacio como lo sugería Stanley Kubrick, así nos dejas rodeados de silencio y de quietud, flotando entre las palabras de una muy cuidada prosa poética llena de preguntas.
ResponderEliminarMe parece que esta no es en sí una película sobre astronautas, o el espacio, o incluso una catástrofe específica. Aunque puede ser la versión en alta tecnología de un naufragio o una historia de supervivencia que tiene lugar en las estrellas. Es un drama psicológico, sin duda. Desde mi punto de vista lo más destacable de esta película son los efectos y pienso que ver esta película en IMAX 3D es lo más cercano a lo que muchos de nosotros podemos estar de lo que es un viaje espacial.
Como un homenaje a tu excelente reseña hoy decreto “Estado de soledad” rigurosa en mi oficina; así me dispongo a disfrutar de la música que esa soledad me ofrece. Pero antes permíteme darte las gracias y quedar a tus apreciables órdenes.
¡Gracias por tus palabras! y me alegro de que compartas esta sensación sobre la película.
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