Ella, asturiana y filóloga, lo conoció a él, socorrista argentino, en un karaoke. Se enamoraron a primera vista. Se comprometieron en una cena. Se juraron amor eterno. Él desapareció de golpe, de un día para el otro, sin dar explicaciones. Ella culpó a los verbos: cantar, comer y sufrir. A él le enseñaron otros: amar, temer y partir.
Finalista premio Ñ de microrrelatos 2011
Muy bueno Andrea Vinci.
ResponderEliminarGracias Mauri
ResponderEliminarAhora, como fotógrafa dejas mucho que desear...
ResponderEliminarja,ja,ja. Bueno, para juzgarme en ese aspecto, entra en mi blog...
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ResponderEliminarAndrea, me gusta tu microrelato, me recuerda a una historia de una amiga muy cercana...en 7 frases has descrito toda una relación amorosa, mas conciso que un curriculum vitae del amor...felicidades!
ResponderEliminar¡Gracias Clara!!! Un abrazo chilango
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