Era una tarde nublada y Rosa Regás hablaba por el móvil, con sus gafas azules y su melena rojiza. Viéndola de lejos nadie diría que tiene la edad que tiene y menos cuando habla con tanta lucidez y genio. La presentó Guillermo Busutil, estrenando su nueva voz, elaborando un relato precioso que trenzaba vida y obra de la autora en azul.
Rosa nos contó que su escritura se nutre de su memoria. Que el franquismo dejó a los vencidos sin futuro y a los vencedores sin pasado. No hemos escuchado lo que ocurrió, lo que nos tenían que contar nuestros abuelos que quedaron sumidos en el silencio.
Durante una hora conversamos sobre su nueva novela, Música de cámara, sobre la escritura, de lo importante que es encontrar la voz de una narración, la voz que se acerque más a la historia que queremos contar. Creía que escribir en primera persona era fácil, pero pronto se dio cuenta de que con una sola voz quedan muchos espacios oscuros. Carlos Barral le enseño a divertirse escribiendo. Hace hincapié en los pequeños detalles, para hacer creíble una historia, a veces ha tardado varios días investigando algo para escribir un solo párrafo. Imprescindibles a la hora de escribir una historia: la voz, el paisaje, el compromiso, las anécdotas, los detalles, Yo que perdí media vida buscando un adjetivo.
Cada autor tiene una prosa con una música especial. Intenta reconocer su propio ritmo en el lenguaje. Le gustan los párrafos largos que se repiten y vuelven a iniciarse.
No es inspiración es obsesión, afirma, mientras escribe una novela vive dentro de ese mundo que está intentando crear con más intensidad que en el de fuera. Hay que aprovechar todo lo que nos ocurre o vemos: el cielo, una frase que escuchas, un recuerdo... la disciplina no se necesita cuando la obsesión llega.
Rosa nos contó que su escritura se nutre de su memoria. Que el franquismo dejó a los vencidos sin futuro y a los vencedores sin pasado. No hemos escuchado lo que ocurrió, lo que nos tenían que contar nuestros abuelos que quedaron sumidos en el silencio.
Durante una hora conversamos sobre su nueva novela, Música de cámara, sobre la escritura, de lo importante que es encontrar la voz de una narración, la voz que se acerque más a la historia que queremos contar. Creía que escribir en primera persona era fácil, pero pronto se dio cuenta de que con una sola voz quedan muchos espacios oscuros. Carlos Barral le enseño a divertirse escribiendo. Hace hincapié en los pequeños detalles, para hacer creíble una historia, a veces ha tardado varios días investigando algo para escribir un solo párrafo. Imprescindibles a la hora de escribir una historia: la voz, el paisaje, el compromiso, las anécdotas, los detalles, Yo que perdí media vida buscando un adjetivo.
Cada autor tiene una prosa con una música especial. Intenta reconocer su propio ritmo en el lenguaje. Le gustan los párrafos largos que se repiten y vuelven a iniciarse.
No es inspiración es obsesión, afirma, mientras escribe una novela vive dentro de ese mundo que está intentando crear con más intensidad que en el de fuera. Hay que aprovechar todo lo que nos ocurre o vemos: el cielo, una frase que escuchas, un recuerdo... la disciplina no se necesita cuando la obsesión llega.
"La disciplina no se necesita cuando la obsesión llega". Yo creía que la que llegaba era la inspiración. Y la disciplina siempre pensé que no era cosa de escritores.
ResponderEliminarPepe Jiménez
Buenas noches Loli, aprovecho para deciros en varios comentarios esto: que sepáis que os dejo un enlace a mi blog para que veáis que ya tenéis vuestro propio Liebster award blog. Más información en el enlace:
ResponderEliminarhttp://pablosinbulla.blogspot.com.es/2013/06/los-elegidos-y-sus-preguntas.html
No sé si lo aceptaréis o responderéis en conjunto o lo que prefiráis. Tenerlo, lo tenéis.
Un abrazo.