lunes, 31 de agosto de 2015

ENTREVISTA A LAS GANADORAS DEL PREMIO «DIPLOMADO EN CREACIÓN LITERARIA UTP» 2015


Mientras corrían las horas de la tarde con el apuro típico de quincena y hora pico, en un pequeño rincón, no tan callado pero lejos de la realidad, me vi entre tres grandes promesas de la literatura panameña, y por qué no decir del mundo también: la ganadora del Premio Diplomado en Creación Literaria 2015, Olga de Obaldía; la primera mención honorífica, la joven escritora Nicolle Alzamora; y la segunda mención honorífica, Andrea Vinci. 

Olga de Obaldía, Nicolle Alzamora y Andrea Vinci
(De izquierda a derecha)

En esta oportunidad traigo algo de lo que fue este acercamiento, en el que aprendí un poco más de sus vidas y de su inalienable pasión en el noble arte de viajar en la imaginación y crear mundos nuevos.

Olga de Obaldía
Ganadora de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Olga de Obaldía


Abogada de profesión pero escritora por vocación, participó de la versión 2010 del Diplomado de la UTP. 
Obtuvo este galardón con su obra "Almas urbanas", la cual describe el fallo del jurado como que "entremezcla en la trama [de] trozos de vida, inserta en ellos conceptos políticos, fantásticos, juegos con el lenguaje y la experimentación formal que les confieren carácter paradójico con el uso de elementos indispensables de tiempo y espacio que reinventan la realidad".

"Todo lo que yo escribía eran artículos de análisis o trabajos de editoriales, por lo menos a mí me contratan para escribir sobre cosas muy específicas, como el centenario de una institución o biografía de una persona. Inclusive escribí por dos años en una revista de La Prensa, Vivir Más Dominical. Me encargaba de redactar los artículos de investigación y entrevistas, nada de ficción, me enfocaba al género periodístico. Tengo mucho tiempo haciendo esto, pero no había cogido valor para mostrar el tema de la ficción", dijo la autora mientras rompíamos el hielo.

Cuando hablamos sobre su colección de cuentos admitió que tiende a hacer cuentos bastantes largos, por lo que le costó un poco cumplir con la cantidad mínima de cuentos y el máximo de páginas que podía tener la obra para competir según las bases del concurso. Al final alcanzó tener los cinco cuentos requeridos en sesenta y algo de páginas (setenta era el tope): "Tuve que escoger entre los cuentos que tenía, es como si uno escogiera entre los hijos de uno. Había un sexto cuento que pertenecía a este grupo, pero no lo pude poner porque me pasaba."

¿Existe algún hilo conductor que los une como hermanos?
Quizás, y esto es algo que me percaté en el fallo de las autoras. Yo le puse a la colección de cuentos “Almas Urbanas” porque todo pasa en la ciudad, pero no lo hice a propósito. En definitiva hay un protagonista mudo que es la ciudad, se ven sus transformaciones y cómo la persona se transforma con ella. Quien ha vivido en la ciudad de Panamá en los últimos diez años sabe lo que ha pasado, lo que éramos entonces y lo que somos ahora, y la forma tan vertiginosa en que esto ha cambiado. No sé si decir si esto es una pérdida o una ganancia.

Ya que estamos entre mujeres, ¿te pareció curioso que hayan sido tres mujeres las ganadoras? 
Me llamó la atención bastante. Pero sobre esto quisiera destacar lo halagada que me sentí que Moravia Ochoa estuviera de jurado en el concurso, ella es una escritora panameña que publicó y abrió brecha en una época muy difícil para el género. Ella ganó el premio Miró siendo muy joven y siendo mujer en una época impensable. 
Hasta hace relativamente poco la mujeres no teníamos los mismos derechos y oportunidades, no sé si legalmente para hacer las cosas, pero sí socialmente, había un gran impedimento, aún existe el mismo pero no sé de dónde proviene porque muchas veces ese impedimento no viene de la estructura machista de la sociedad sino de las propias mujeres y las limitantes que ellas se ponen y le ponen a sus hijas, y esto pasa generacionalmente. Panamá  y el mundo se ha convertido en la sociedad de las princesas y las debutantes, la farándula y las misses. Se vuelve más importante la apariencia que la sustancia del ser. Yo veo muchachas muy jóvenes que en su opción de la vida diaria prefieren ser la debutante que ser la que piensa, y puede que piense mucho pero lo oculta por la imagen de voluptuosa debutante, es una dicotomía que estamos viviendo. Por un lado escuchamos que las mujeres pueden hacer lo que quieran pero también está ese latigazo de regresar al concepto de sólo la forma, que no pareciera que viene necesariamente del mundo masculino al femenino.
Mi punto con esto es que a mí me causa una gran alegría y un gran honor que Moravia Ochoa estuvieran en el jurado, que también Danaé Burguiati que es una mujer con un acervo cultural impresionante y Carlos Wynter Melo que es un autor con muchos libros publicados.
Yo sinceramente no veo tanta diferencia entre hombres y mujeres cuando el arte está de por medio, me parece que la explosión del alma está en el arte, y en ese momento dejamos de ser hombres y mujeres para ser gente conectada en ese mundo de las ideas.

Y libros de cabecera, ¿cuál has leído que te ha marcado como escritora?
Mira, yo leo de todo, yo leo bueno, malo, basura, moderno, no sé ni cómo describirlo. Muy cercanos a mi corazón está Munro, encima se gana un Nobel y es cuentista. 
Pero por lo menos a mí, aunque suene muy cliché, Gabriel García Márquez me cambió la vida, él tiene un efecto en mí que marca un antes y un después, todavía al día de hoy leo muchas cosas de él que no son siquiera sus novelas clásicas, me gusta leer sus temas periodísticos, Actualmente estoy releyendo “Historia de un secuestro”. También tengo autores en inglés que me han llenado mucho, Hemingway es uno de mis referentes, Scott Fitzgerald, sus cuentos también marcan en mí un antes y un después. En la literatura más moderna podría mencionar a un grupo de españolas, como Rosa Montero, que me gusta leer y releer. 
Yo soy de las que incluso lee los autores de moda para por lo menos saber de qué la gente está hablando, aunque hay límites.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
No sabría decirte, yo creo que tengo una gran influencia por toda una vida de estar escribiendo más en el género de ensayo y periodismo, así que no tengo un preciosismo literario en mi prosa, voy más a un estilo naturalista, y también los autores que me gustan tienen esas cualidades. Hay autoras como Jane Austen, las hermanas Brontë, por los menos uno lee “Jane Eyre” y hay una elegancia y sencillez en esa prosa que a la misma vez puede mostrar toda la gama de emociones humanas,  logrando ilustrar emociones  muy intensa no expresadas, y realmente creo que mis personajes van hacia allá, personajes con vidas internas, pero no me figuro escribiendo una cosa muy florida. Es muy difícil que uno mismo pueda decir cómo escribe uno, y depende de la historia también, porque hay historias que requieren un lenguaje y otra que requieren otro.

¿Para este concurso te pasó algo en particular? ¿Por qué decidiste entrar?
A mí se me perdió el diploma, y el año pasado, para la edición del Premio Diplomado medité entrar, pero en ese entonces no tenía diploma obviamente, llamé y me dijeron que me daban un certificado, ellos me lo hicieron, pero no me atreví a entrar. Y los cuentos que tal vez hubiese presentado el año pasado hubiesen sido distintos a estos. El día antes del cierre me acordé de que no tenía diploma, por lo que volví a llamar y me tenían mi certificado que había pedido el año pasado, así que cuando llegué lo agarré y lo metí allí mismo.
El hecho de seguir en talleres me ha quitado un poco el miedo, eso me ayudó bastante, por lo que este año cogí el ánimo. Adicional, el año pasado pasó algo con el Miró, y fue que declararon desierta la sección cuento, y eso me dejó pensando. Con el tema de los talleres, y tener la confianza en un grupo de personas que les gusta leer y escribir, dando retroalimentación, eso me inspiró, y también desde que me involucré en esto del Diplomado me di cuenta de lo mucho que yo le debía a la literatura panameña, yo era más de leer cualquier cosa antes que autores nacionales, y desde hace cinco años para acá leo mucho de ellos. Pienso que hay mucho talento, muchas cosas buenas y todavía no lograba digerir que hubiesen declarado desierta la sección del  Miró, así que pensé en tirarme al agua, total ¿qué es lo peor o mejor que puede pasar? Y realmente lo que a mí me gusta de escribir es escribir, es el rato ese que estoy en completa soledad conmigo misma, vertiendo sobre el teclado esas cosas que tengo en la cabeza, y todo el resultado posterior se dará o no se dará, el proceso ese no cambia porque te lean o no te lean.

¿Por qué entraste al Diplomado de Creación Literaria?
Yo entré al Diplomado por poesía, pero tuve la experiencia más desgarradora, nunca se me olvida la primera clase de poesía, nos tocó Collado, y él realmente me ubicó desde el momento uno donde me tenía que ubicar. Me dijo que eso no procedía, cada ejercicio que yo hice en esa clase, cada cosa, no pegaba una. Él leía mi poesía y decía “yo me imagino que tú eres excelente abogada”.

Pero resultaste encontrarte en el cuento.
Llevaba tiempo escribiendo, pero en otro ámbito, y quería perfeccionar el arte de escribir. Yo sí creo que escribir es un oficio, y tú aprendes los distintos géneros y los vas perfeccionando a medida que vas escribiendo, con los primeros artículos que  publiqué pensaba “que bien escribo”, y ahora que miro para atrás digo “¡qué barbaridad!”, y no es que mi editor no me dijo que no se podía publicar, me lo publicaba, pero no es lo mismo que escribo ahora, yo sí quería aprender a escribir más. 

¿Has publicado de alguna forma tu ficción?
Sí, tengo publicado cuentos en dos antologías, una que se publicó en el 2011 y que se llama “Los recién llegados”, compilada por Enrique Jaramillo Levi, y son contribuciones de cuentos. Y otra que es de gente que participamos del Diplomado, la cual organizó Gonzalo Meléndez, llamada “Más que contarte”, en esta cada entrada es muy particular de cada autor puesto que se podía mandar sobre cualquier género.

Ahora que ganaste el concurso, ¿cómo te sientes?
Enrique Jaramillo Levi me llamó a medianoche para decirme del concurso, y tuve varios días de terror, pero ya se me está bajando el nervio. Quizás algo de terror que me lean.


Nicolle Alzamora
Primera mención honorífica de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Nicolle Alzamora

Si eres estudiante universitaria y trabajas al mismo tiempo puedes considerarlo un reto, si adicional a esto estás en proceso de sustentar tesis pasas a ser alguien que le gusta desafiar la palabra "imposible", pero si le sumas a todo esto ser una lectora y escritora empedernida que concursa en certámenes literarios y sale victoriosa sería difícil encontrar un calificativo que describa a Nicolle, actualmente estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Panamá, a punto de sustentar su tesis sobre derechos culturales, y "asalariada", según sus palabras..

Pasó por la versión 2014 del Diplomado y a su corta edad logró la primera mención honorífica de este concurso para egresados con su obra "Caminando en círculos", en la cual, en palabras del jurado calificador "los relatos son sencillos sin pretensiones rebuscadas, desdibujan suavemente el límite entre la realidad y el ámbito surreal."

¿Cómo son los cuentos con los que participaste? 
De por sí, yo escribo más corto, puedo tener alrededor de 10 cuentos. Casi todos son escritos dentro del Diplomado o de los talleres con Enrique Jaramillo Levi, sólo uno fue la resurrección de un mal cuento viejo, y que incluso pensé en algún momento que era bueno, pero ahora que lo leí y ya pasé por el Diplomado y por los mil talleres, me di cuenta de que eso era muy malo, así que lo agarré, lo destruí y lo volví a crear para que quedara dentro de los cuentos que presenté en el concurso.

¿Tiene una unión temática?
Yo hice un tipo de ejercicio con mi libro, traté que un personaje secundario de un cuento se repitiera en el siguiente, así que se va haciendo un hilo. Ejemplo, mi cuento se trata de Andrea, pero tú apareces caminando y luego sales caminando en mi siguiente cuento que se trata de Olga, y así se van hilando los cuentos, termina siendo como un círculo. La característica personal que tiene mi obra son estos personajes que se repiten, porque se tiene la idea que ellos no son importantes y pasan desapercibidos, y a veces se cree que no vale la pena hacer una historia de esa persona pero que al final hay algo ahí que sí merece estar en el cuento. 

¿Y tus personajes cómo son?
Mis personajes son totalmente mezclados, aunque tengo una tendencia a las mujeres por algún tipo de feminismo oculto supongo, pero también tengo bastantes hombres. Inclusive tengo un cuento en que el personaje es la muerte como entidad. Así se van mis historias, entre hombre, mujeres y seres, no soy tan cerrada con ese tema, pero sí admito tener una tendencia a las mujeres, yo me siento muy contenta de ser mujer, pero sí me gusta que haya de todo. Todos tienen una buena historia, no sólo las mujeres, o con lo que yo sólo me identifico, hay gente muy distinta también que tiene historias espectaculares.

¿Tuviste algún inconveniente de última hora?
Yo iba a entregarlo el viernes temprano, pero a mí me pasó algo, yo trabajo por Av. Balboa, y no puedo irme de mi oficina así como así, por lo que yo arreglé con mi novio que viniera a buscar las cosas para que sacara las copias y lo entregara. Cuando yo empecé a revisar el correo que tiene las bases vi que decía “copia del diploma del Diplomado”, me quedé paralizada mientras sólo hacía memoria para saber dónde estaba eso en mi casa, mi casa en Villa Lucre, sólo me dije “¡Ay Dios mío, me jodí!”. Tuve que decirle a mi jefe que tenía una urgencia, me fui en corredor a la casa a revolver el cuarto para buscar el diploma, luego imprimir todo, sacar las copias, tomarme la foto, fue caótico. La UTP cierra a la 4:00 pm, llegué a las 3:40 pm sudando.

¿Qué piensas que hayan sido tres mujeres las mencionadas en el fallo? 
A mí me encanta, me parece genial, aunque yo trato de evitar ese tipo de separaciones, eso es algo muy mío, es mi propia versión de ver el feminismo, porque si todos somos iguales no hay razón para hacer la diferenciación, pero a mí me encanta que seamos mujeres porque como mujeres escribimos diferente, y hasta cierto punto es una escritura más sensible, y eso es algo positivo. 
Mario Vargas Llosa tiene un ensayo que se llama “Un mundo sin novelas” en el que dice que las mujeres leen más, y eso de seguro tiene que ver con los bestsellers, la mujer lee algo con lo que se relaciona, con lo que puede sentirse identificada.

¿Algún autor que te haya marcado y uses como referente para escribir?
Para mí Gabriel García Márquez es algo impresionante. Leí “Cien años de soledad” cuando estaba en 6to año de la escuela, y a mí siempre me ha gustado mucho leer, pero para mí ese libro fue una cosa que me trastornó, de hecho el pseudónimo de mi libro es de un personaje de este libro. “Cien años de soledad” es otra cosa, es un libro mágico. Me gusta mucho Borges, es un tipo tan profundo, a él no sólo lo disfrutas, sino que también aprendes tanto, y es como algo que uno debería aspirar, Borges también es fuera de este mundo. Hemingway me encanta, me gusta lo sencillo de él, de repente es chocante porque Borges es totalmente lo contrario, es un tipo como elaborado, los opuestos son muy ricos,  los dos. También hay un autor que me gusta mucho, que sólo he leído una vez y es chino, se llama Mo Yan,  es espectacular, lo leí porque ganó el Nobel y pensé que nunca había leído a un chino.

¿Qué estás leyendo ahora mismo?
Bueno, yo estaba leyendo “Rayuela”, creo que es algo que todo el mundo debe hacer por lo menos una vez en la vida, iba a leer primero de corrido y luego de la forma que lo indica para tener la doble experiencia, pero tuve que suspenderlo porque me di cuenta de que si no lo hacía nunca iba a terminar la tesis, además no me parecía justo restarle a “Rayuela” el tiempo que se merece, así que me puse a leer “Conversación en la Catedral” de Vargas Llosa. A mí me gusta Vargas Llosa porque es un escritor diferente de lo que estoy acostumbrada, y eso ejercita la mente, el narra como en desorden.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
No estaba preparada para esa pregunta. Creo que soy bastante retrospectiva, de repente porque soy muy joven y escribo como joven, aunque decentemente. Termino reflejando las cosas más introspectivas desde afuera, soy más de narrar lo que pasa afuera que esas cuestiones del alma, no me dedico a eso. Soy más de historias, en especial historias en las que hay cosas que no son usuales, eso me gusta, me gusta lo que es irreal pero no caigo en ese fantástico tipo Harry Potter, uso la fantasía sutil. De repente es por ese realismo mágico heredado de García Márquez, que tengo sembrado en la cabeza.

¿Por qué decidiste entrar al concurso? ¿Es la primera vez que concursabas por algún premio literario?
He participado en algunos concursos que hace la Universidad de Panamá, que son de menor envergadura. Participé el año pasado del Premio Diplomado y también este año, y en el 2010 en el Rogelio Sinán.  Y la razón por la que entré fue por lo que aprendí en el Sinán, y es que uno piensa que uno la está botando pero no la está botando, es positivo tener el feedback,  creo que es lo que más me llevo de todo esto, a mí me parece muy gratificante leer el fallo y ver un párrafo sobre mi obra, eso me ayuda a entender lo que estoy haciendo, me puede ayudar a entender qué es lo que va bien y qué es lo que va mal para perfeccionar en ese sentido.

¿Y por qué entraste al Diplomado?
A mí me gusta escribir desde que soy muy pequeña, y el único referente de lo que hacía era yo misma, o mi mamá, persona no muy imparcial, me iban a decir que siempre está bien, me parece que más por qué entré sería lo que obtuve, un aprendizaje. El oficio de escritor es evolutivo, conforme te vas formando y vas practicando, escuchando la crítica, vas mejorando, y yo creo que eso fue lo que yo obtuve. Cuando yo entré pensé que iba por cuento y novela, no me interesaba lo demás, a mí poesía no me interesaba, pero la experiencia con Salvador fue supremamente interesante a pesar de que ya salí del Diplomado y aún no quiero escribir poesía, pero me enseñó cosas de la poesía que he incorporado en mis cuentos, y que no hubiera obtenido si nada más me hubiese cerrado a ese referente. Y por el otro lado, la experiencia de tallerear es completamente diferente de escribir uno por uno mismo, la técnica que obtienes es mucho más nutrida. Antes del Diplomado no tenía idea que pasaba algo como las rimas, no era consciente de que las palabras me rimaban, y ahora que leo, las encuentro y voy tachando, te va como entrenando el ojo para que tú mismo seas crítico de lo que escribes.


Andrea Vinci
Segunda mención honorífica de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Andrea Vinci



Desde Buenos Aires con un buen tango, recorriendo España entre los pasos del flamenco, regresando a nuestra América con cantos de mariachis en México hasta llegar al centro del mundo, corazón del universo, está la trotamundos Andrea Vinci, la cual cursó el Diplomado de Creación Literaria este mismo año y se puso como reto presentarse al certamen con la obra "Quién te dijo que quiero ser princesa".
Estudió arte escénico y locución en su natal Argentina y trabajó como actriz. Actualmente estudia Antropología en la UNED, por placer, "para que no se oxide el cerebro", en sus propias palabras. Adicionalmente administra su blog personal y mantiene un grupo literario, Punto y Seguido, con amigos escritores de España, con los cuales maneja el blog del mismo nombre:
 http://puntoyseguidoescritores.blogspot.com.es/

¿Cómo fue la compilación de cuentos con la que participaste?
En un principio iba a participar con doce cuentos, pero a último momento decidí poner uno más por cábala. La gente usualmente dice que el número 13 es malo, pero decidí que sería algo bueno. Dentro de la colección tengo cuentos que escribí hace doce años y otros escritos del año pasado. Fue curioso porque entregué el trabajo el viernes tres horas antes de que cerraran el concurso, pero el mismo día seguía haciendo correcciones en la mañana, antes de imprimirlo.

¿Tus cuentos tienen una temática?
Todas son historias relacionadas con mujeres. El título del libro, “Quién te dijo que quiero ser princesa”, no es el título de ningún cuento, es un título que yo hice especialmente porque creo que todas las mujeres dentro de la colección son mujeres especiales, mujeres fuertes y que “no quieren ser princesas”.

¿Te da algún tipo de mensaje que hayan sido tres mujeres, la que ganara y las dos menciones?
Yo lo pensé, pero estimo que somos más las mujeres que escribimos últimamente. Pero, bienvenido sea que seamos mujeres, porque la verdad es que siempre fueron los hombres los que tuvieron la ventaja. Una ve que siempre los editan más a ellos, como si fueran los favoritos, de seguro piensan que los van a leer más, aunque últimamente los bestseller, a pesar de que no los leo, son de mujeres. El último es de una inglesa que vendió 5 millones de libros, se llama “La chica del tren”, son tres diarios interrelacionados de mujeres. Mi punto con esto es que está triunfando la literatura femenina y esto se debe a que también son más las mujeres que leen.
Aunque, en realidad, uno puede escribir desde la voz de un hombre y ni siquiera darse cuenta el jurado de quién lo escribió. Uno pudo haber escrito textos totalmente distintos a los de hombres escritos por hombres.

¿Tienes referentes literarios que te hayan formado como escritora?
Una costumbre que tengo es que si alguien me gusta mucho no me leo todos los libros porque tengo miedo de que me terminen influenciando y al final mi escritura sea muy parecida a la de ese escritor o escritora, pero sí hay algunos que me han maravillado, me encanta James Salter, Alice Munro, Clarice Lispector, Franz Kafka, Ernest Hemingway… No los puedo tener así catalogados, son muchos, obviamente Gabriel García Márquez, Julio Cortázar. Pero creo que a mí me gusta más la literatura intimista, más tipo Salter, Munro, más al alma del personaje, no tanto que me cuenten un montón de acciones.
tengo en mi mesa de noche pilas de libros, muchos de cuento, entonces, antes de acostarme me digo “hoy tengo ganas de leer a tal autor”, saco uno y leo uno de sus cuentos, y así también tengo de novela y de poesía, todos acumulados.

¿Actualmente, qué están leyendo?
Leí “Las Impuras” de Carlos Wynter Melo, que lo estoy releyendo, a ver si le hago una reseña en el blog. Y antes de eso leí el último de Milan Kundera “La fiesta de la insignificancia”, y los de Carolina Fonseca.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
Dicen, los que me leen dicen, que tiendo más a la introspección, pero yo lo que busco siempre es acomodarme a la historia, es decir que si la historia necesita ser contada de una manera o de otra yo me adapto, entonces creo que la historia manda, la historia puede necesitar ser más introspectiva y cambia el tono y cambia todo.

¿Por qué decidiste entrar a este concurso?
En sí a los concursos no les tengo mucha fe, he participado en algunos de cuento, pero no de libro de cuentos. En esta ocasión me dije que terminaría siendo una meta, a ver si cierro un libro, tenía todo ahí y no había manera que me pusiera las pilas, así que lo terminé. Y como ya dije, había cuentos muy viejos y terminé haciendo una selección, pero era una cosa  que tenía pendiente. Al final lo mandé porque tenía mucho material de años anteriores y me dije “me voy a animar a mandarlo como libro”.

¿Y por qué decidiste entrar al Diplomado?
Bueno, yo hice muchos talleres, en Argentina, España, México, creo que era una manera de integrarme a la sociedad panameña y de conocer su literatura.
Adicional, creo que en el fondo somos un poco inseguros, necesitamos que alguien nos lea, no alguien de confianza sino alguien en que confiemos en su juicio y en su buena fe como lector. Yo tengo la suerte de tener gente que me da una mano, pero también está lo otro, que sobre gustos no hay nada escrito.
Para mí los talleres también sirven para aprender a leer, a ser mejor lector, es una de las cosas que más uno aprende con los talleres. Muchas veces agarras ese libro que leíste siendo adolescente y que en ese momento te gustó, pero no eras capaz de divisar el trabajo del escritor, es como que la gente que no escribe piensa que uno es como iluminado, y no se imagina todo el trabajo que hay detrás, que se tachona, se retachona, se reescribe. 

¿Sientes que te has integrado a la sociedad panameña?
¡Claro! Aún me falta mucho para integrarme a Panamá, pero me pasó cuando llegué a México que no empecé a relacionarme de entrada con la gente, viví  una depresión, y aquí eso no me está pasando. Cambiar de lugar es un shock, siempre es un shock,  y de cierta manera no es solamente integrarme yo, sino  conocer el ámbito literario de Panamá, porque es un país que no se lo lee afuera, que no se conoce. Antes de venir me puse a buscar talleres, encontré el Diplomado y empecé a acribillar, a mandar correos para ver cuándo empezaba, esta era la manera de conocer los escritores, porque ni a Sinán conocen fuera de Panamá. 

Tú que vienes de afuera, ¿qué apreciación tienes de la literatura panameña ahora?
Yo pienso que deberían venderse más porque están al nivel de cualquier país de Iberoamérica. Creo que no hay desde el gobierno, probablemente, una buena publicidad de la literatura o en general del país, aunque viéndolo mejor, es un problema de todo Centroamérica, porque yo de la región sólo conocía a Gioconda Belli, es lo que se conoce en España. Más allá de que siempre hay una literatura  que sólo se lee en el propio país, por ejemplo yo viajo a Argentina y compro libros que no se van a conseguir en otros lugares porque se consumen nada más ahí, lo mismo pasa en México y España, pienso que la calidad es muy buena y deberían buscar la manera de impulsar el arte y hacerse conocer fuera de Panamá.

Cada una de las autoras tuvo una historia diferente que contar, pero bajo la misma pasión en común: escribir.

Ciudad de Panamá, miércoles 29 de julio 
Corina Rueda Borrero



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