lunes, 31 de agosto de 2015

ENTREVISTA A LAS GANADORAS DEL PREMIO «DIPLOMADO EN CREACIÓN LITERARIA UTP» 2015


Mientras corrían las horas de la tarde con el apuro típico de quincena y hora pico, en un pequeño rincón, no tan callado pero lejos de la realidad, me vi entre tres grandes promesas de la literatura panameña, y por qué no decir del mundo también: la ganadora del Premio Diplomado en Creación Literaria 2015, Olga de Obaldía; la primera mención honorífica, la joven escritora Nicolle Alzamora; y la segunda mención honorífica, Andrea Vinci. 

Olga de Obaldía, Nicolle Alzamora y Andrea Vinci
(De izquierda a derecha)

En esta oportunidad traigo algo de lo que fue este acercamiento, en el que aprendí un poco más de sus vidas y de su inalienable pasión en el noble arte de viajar en la imaginación y crear mundos nuevos.

Olga de Obaldía
Ganadora de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Olga de Obaldía


Abogada de profesión pero escritora por vocación, participó de la versión 2010 del Diplomado de la UTP. 
Obtuvo este galardón con su obra "Almas urbanas", la cual describe el fallo del jurado como que "entremezcla en la trama [de] trozos de vida, inserta en ellos conceptos políticos, fantásticos, juegos con el lenguaje y la experimentación formal que les confieren carácter paradójico con el uso de elementos indispensables de tiempo y espacio que reinventan la realidad".

"Todo lo que yo escribía eran artículos de análisis o trabajos de editoriales, por lo menos a mí me contratan para escribir sobre cosas muy específicas, como el centenario de una institución o biografía de una persona. Inclusive escribí por dos años en una revista de La Prensa, Vivir Más Dominical. Me encargaba de redactar los artículos de investigación y entrevistas, nada de ficción, me enfocaba al género periodístico. Tengo mucho tiempo haciendo esto, pero no había cogido valor para mostrar el tema de la ficción", dijo la autora mientras rompíamos el hielo.

Cuando hablamos sobre su colección de cuentos admitió que tiende a hacer cuentos bastantes largos, por lo que le costó un poco cumplir con la cantidad mínima de cuentos y el máximo de páginas que podía tener la obra para competir según las bases del concurso. Al final alcanzó tener los cinco cuentos requeridos en sesenta y algo de páginas (setenta era el tope): "Tuve que escoger entre los cuentos que tenía, es como si uno escogiera entre los hijos de uno. Había un sexto cuento que pertenecía a este grupo, pero no lo pude poner porque me pasaba."

¿Existe algún hilo conductor que los une como hermanos?
Quizás, y esto es algo que me percaté en el fallo de las autoras. Yo le puse a la colección de cuentos “Almas Urbanas” porque todo pasa en la ciudad, pero no lo hice a propósito. En definitiva hay un protagonista mudo que es la ciudad, se ven sus transformaciones y cómo la persona se transforma con ella. Quien ha vivido en la ciudad de Panamá en los últimos diez años sabe lo que ha pasado, lo que éramos entonces y lo que somos ahora, y la forma tan vertiginosa en que esto ha cambiado. No sé si decir si esto es una pérdida o una ganancia.

Ya que estamos entre mujeres, ¿te pareció curioso que hayan sido tres mujeres las ganadoras? 
Me llamó la atención bastante. Pero sobre esto quisiera destacar lo halagada que me sentí que Moravia Ochoa estuviera de jurado en el concurso, ella es una escritora panameña que publicó y abrió brecha en una época muy difícil para el género. Ella ganó el premio Miró siendo muy joven y siendo mujer en una época impensable. 
Hasta hace relativamente poco la mujeres no teníamos los mismos derechos y oportunidades, no sé si legalmente para hacer las cosas, pero sí socialmente, había un gran impedimento, aún existe el mismo pero no sé de dónde proviene porque muchas veces ese impedimento no viene de la estructura machista de la sociedad sino de las propias mujeres y las limitantes que ellas se ponen y le ponen a sus hijas, y esto pasa generacionalmente. Panamá  y el mundo se ha convertido en la sociedad de las princesas y las debutantes, la farándula y las misses. Se vuelve más importante la apariencia que la sustancia del ser. Yo veo muchachas muy jóvenes que en su opción de la vida diaria prefieren ser la debutante que ser la que piensa, y puede que piense mucho pero lo oculta por la imagen de voluptuosa debutante, es una dicotomía que estamos viviendo. Por un lado escuchamos que las mujeres pueden hacer lo que quieran pero también está ese latigazo de regresar al concepto de sólo la forma, que no pareciera que viene necesariamente del mundo masculino al femenino.
Mi punto con esto es que a mí me causa una gran alegría y un gran honor que Moravia Ochoa estuvieran en el jurado, que también Danaé Burguiati que es una mujer con un acervo cultural impresionante y Carlos Wynter Melo que es un autor con muchos libros publicados.
Yo sinceramente no veo tanta diferencia entre hombres y mujeres cuando el arte está de por medio, me parece que la explosión del alma está en el arte, y en ese momento dejamos de ser hombres y mujeres para ser gente conectada en ese mundo de las ideas.

Y libros de cabecera, ¿cuál has leído que te ha marcado como escritora?
Mira, yo leo de todo, yo leo bueno, malo, basura, moderno, no sé ni cómo describirlo. Muy cercanos a mi corazón está Munro, encima se gana un Nobel y es cuentista. 
Pero por lo menos a mí, aunque suene muy cliché, Gabriel García Márquez me cambió la vida, él tiene un efecto en mí que marca un antes y un después, todavía al día de hoy leo muchas cosas de él que no son siquiera sus novelas clásicas, me gusta leer sus temas periodísticos, Actualmente estoy releyendo “Historia de un secuestro”. También tengo autores en inglés que me han llenado mucho, Hemingway es uno de mis referentes, Scott Fitzgerald, sus cuentos también marcan en mí un antes y un después. En la literatura más moderna podría mencionar a un grupo de españolas, como Rosa Montero, que me gusta leer y releer. 
Yo soy de las que incluso lee los autores de moda para por lo menos saber de qué la gente está hablando, aunque hay límites.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
No sabría decirte, yo creo que tengo una gran influencia por toda una vida de estar escribiendo más en el género de ensayo y periodismo, así que no tengo un preciosismo literario en mi prosa, voy más a un estilo naturalista, y también los autores que me gustan tienen esas cualidades. Hay autoras como Jane Austen, las hermanas Brontë, por los menos uno lee “Jane Eyre” y hay una elegancia y sencillez en esa prosa que a la misma vez puede mostrar toda la gama de emociones humanas,  logrando ilustrar emociones  muy intensa no expresadas, y realmente creo que mis personajes van hacia allá, personajes con vidas internas, pero no me figuro escribiendo una cosa muy florida. Es muy difícil que uno mismo pueda decir cómo escribe uno, y depende de la historia también, porque hay historias que requieren un lenguaje y otra que requieren otro.

¿Para este concurso te pasó algo en particular? ¿Por qué decidiste entrar?
A mí se me perdió el diploma, y el año pasado, para la edición del Premio Diplomado medité entrar, pero en ese entonces no tenía diploma obviamente, llamé y me dijeron que me daban un certificado, ellos me lo hicieron, pero no me atreví a entrar. Y los cuentos que tal vez hubiese presentado el año pasado hubiesen sido distintos a estos. El día antes del cierre me acordé de que no tenía diploma, por lo que volví a llamar y me tenían mi certificado que había pedido el año pasado, así que cuando llegué lo agarré y lo metí allí mismo.
El hecho de seguir en talleres me ha quitado un poco el miedo, eso me ayudó bastante, por lo que este año cogí el ánimo. Adicional, el año pasado pasó algo con el Miró, y fue que declararon desierta la sección cuento, y eso me dejó pensando. Con el tema de los talleres, y tener la confianza en un grupo de personas que les gusta leer y escribir, dando retroalimentación, eso me inspiró, y también desde que me involucré en esto del Diplomado me di cuenta de lo mucho que yo le debía a la literatura panameña, yo era más de leer cualquier cosa antes que autores nacionales, y desde hace cinco años para acá leo mucho de ellos. Pienso que hay mucho talento, muchas cosas buenas y todavía no lograba digerir que hubiesen declarado desierta la sección del  Miró, así que pensé en tirarme al agua, total ¿qué es lo peor o mejor que puede pasar? Y realmente lo que a mí me gusta de escribir es escribir, es el rato ese que estoy en completa soledad conmigo misma, vertiendo sobre el teclado esas cosas que tengo en la cabeza, y todo el resultado posterior se dará o no se dará, el proceso ese no cambia porque te lean o no te lean.

¿Por qué entraste al Diplomado de Creación Literaria?
Yo entré al Diplomado por poesía, pero tuve la experiencia más desgarradora, nunca se me olvida la primera clase de poesía, nos tocó Collado, y él realmente me ubicó desde el momento uno donde me tenía que ubicar. Me dijo que eso no procedía, cada ejercicio que yo hice en esa clase, cada cosa, no pegaba una. Él leía mi poesía y decía “yo me imagino que tú eres excelente abogada”.

Pero resultaste encontrarte en el cuento.
Llevaba tiempo escribiendo, pero en otro ámbito, y quería perfeccionar el arte de escribir. Yo sí creo que escribir es un oficio, y tú aprendes los distintos géneros y los vas perfeccionando a medida que vas escribiendo, con los primeros artículos que  publiqué pensaba “que bien escribo”, y ahora que miro para atrás digo “¡qué barbaridad!”, y no es que mi editor no me dijo que no se podía publicar, me lo publicaba, pero no es lo mismo que escribo ahora, yo sí quería aprender a escribir más. 

¿Has publicado de alguna forma tu ficción?
Sí, tengo publicado cuentos en dos antologías, una que se publicó en el 2011 y que se llama “Los recién llegados”, compilada por Enrique Jaramillo Levi, y son contribuciones de cuentos. Y otra que es de gente que participamos del Diplomado, la cual organizó Gonzalo Meléndez, llamada “Más que contarte”, en esta cada entrada es muy particular de cada autor puesto que se podía mandar sobre cualquier género.

Ahora que ganaste el concurso, ¿cómo te sientes?
Enrique Jaramillo Levi me llamó a medianoche para decirme del concurso, y tuve varios días de terror, pero ya se me está bajando el nervio. Quizás algo de terror que me lean.


Nicolle Alzamora
Primera mención honorífica de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Nicolle Alzamora

Si eres estudiante universitaria y trabajas al mismo tiempo puedes considerarlo un reto, si adicional a esto estás en proceso de sustentar tesis pasas a ser alguien que le gusta desafiar la palabra "imposible", pero si le sumas a todo esto ser una lectora y escritora empedernida que concursa en certámenes literarios y sale victoriosa sería difícil encontrar un calificativo que describa a Nicolle, actualmente estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Panamá, a punto de sustentar su tesis sobre derechos culturales, y "asalariada", según sus palabras..

Pasó por la versión 2014 del Diplomado y a su corta edad logró la primera mención honorífica de este concurso para egresados con su obra "Caminando en círculos", en la cual, en palabras del jurado calificador "los relatos son sencillos sin pretensiones rebuscadas, desdibujan suavemente el límite entre la realidad y el ámbito surreal."

¿Cómo son los cuentos con los que participaste? 
De por sí, yo escribo más corto, puedo tener alrededor de 10 cuentos. Casi todos son escritos dentro del Diplomado o de los talleres con Enrique Jaramillo Levi, sólo uno fue la resurrección de un mal cuento viejo, y que incluso pensé en algún momento que era bueno, pero ahora que lo leí y ya pasé por el Diplomado y por los mil talleres, me di cuenta de que eso era muy malo, así que lo agarré, lo destruí y lo volví a crear para que quedara dentro de los cuentos que presenté en el concurso.

¿Tiene una unión temática?
Yo hice un tipo de ejercicio con mi libro, traté que un personaje secundario de un cuento se repitiera en el siguiente, así que se va haciendo un hilo. Ejemplo, mi cuento se trata de Andrea, pero tú apareces caminando y luego sales caminando en mi siguiente cuento que se trata de Olga, y así se van hilando los cuentos, termina siendo como un círculo. La característica personal que tiene mi obra son estos personajes que se repiten, porque se tiene la idea que ellos no son importantes y pasan desapercibidos, y a veces se cree que no vale la pena hacer una historia de esa persona pero que al final hay algo ahí que sí merece estar en el cuento. 

¿Y tus personajes cómo son?
Mis personajes son totalmente mezclados, aunque tengo una tendencia a las mujeres por algún tipo de feminismo oculto supongo, pero también tengo bastantes hombres. Inclusive tengo un cuento en que el personaje es la muerte como entidad. Así se van mis historias, entre hombre, mujeres y seres, no soy tan cerrada con ese tema, pero sí admito tener una tendencia a las mujeres, yo me siento muy contenta de ser mujer, pero sí me gusta que haya de todo. Todos tienen una buena historia, no sólo las mujeres, o con lo que yo sólo me identifico, hay gente muy distinta también que tiene historias espectaculares.

¿Tuviste algún inconveniente de última hora?
Yo iba a entregarlo el viernes temprano, pero a mí me pasó algo, yo trabajo por Av. Balboa, y no puedo irme de mi oficina así como así, por lo que yo arreglé con mi novio que viniera a buscar las cosas para que sacara las copias y lo entregara. Cuando yo empecé a revisar el correo que tiene las bases vi que decía “copia del diploma del Diplomado”, me quedé paralizada mientras sólo hacía memoria para saber dónde estaba eso en mi casa, mi casa en Villa Lucre, sólo me dije “¡Ay Dios mío, me jodí!”. Tuve que decirle a mi jefe que tenía una urgencia, me fui en corredor a la casa a revolver el cuarto para buscar el diploma, luego imprimir todo, sacar las copias, tomarme la foto, fue caótico. La UTP cierra a la 4:00 pm, llegué a las 3:40 pm sudando.

¿Qué piensas que hayan sido tres mujeres las mencionadas en el fallo? 
A mí me encanta, me parece genial, aunque yo trato de evitar ese tipo de separaciones, eso es algo muy mío, es mi propia versión de ver el feminismo, porque si todos somos iguales no hay razón para hacer la diferenciación, pero a mí me encanta que seamos mujeres porque como mujeres escribimos diferente, y hasta cierto punto es una escritura más sensible, y eso es algo positivo. 
Mario Vargas Llosa tiene un ensayo que se llama “Un mundo sin novelas” en el que dice que las mujeres leen más, y eso de seguro tiene que ver con los bestsellers, la mujer lee algo con lo que se relaciona, con lo que puede sentirse identificada.

¿Algún autor que te haya marcado y uses como referente para escribir?
Para mí Gabriel García Márquez es algo impresionante. Leí “Cien años de soledad” cuando estaba en 6to año de la escuela, y a mí siempre me ha gustado mucho leer, pero para mí ese libro fue una cosa que me trastornó, de hecho el pseudónimo de mi libro es de un personaje de este libro. “Cien años de soledad” es otra cosa, es un libro mágico. Me gusta mucho Borges, es un tipo tan profundo, a él no sólo lo disfrutas, sino que también aprendes tanto, y es como algo que uno debería aspirar, Borges también es fuera de este mundo. Hemingway me encanta, me gusta lo sencillo de él, de repente es chocante porque Borges es totalmente lo contrario, es un tipo como elaborado, los opuestos son muy ricos,  los dos. También hay un autor que me gusta mucho, que sólo he leído una vez y es chino, se llama Mo Yan,  es espectacular, lo leí porque ganó el Nobel y pensé que nunca había leído a un chino.

¿Qué estás leyendo ahora mismo?
Bueno, yo estaba leyendo “Rayuela”, creo que es algo que todo el mundo debe hacer por lo menos una vez en la vida, iba a leer primero de corrido y luego de la forma que lo indica para tener la doble experiencia, pero tuve que suspenderlo porque me di cuenta de que si no lo hacía nunca iba a terminar la tesis, además no me parecía justo restarle a “Rayuela” el tiempo que se merece, así que me puse a leer “Conversación en la Catedral” de Vargas Llosa. A mí me gusta Vargas Llosa porque es un escritor diferente de lo que estoy acostumbrada, y eso ejercita la mente, el narra como en desorden.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
No estaba preparada para esa pregunta. Creo que soy bastante retrospectiva, de repente porque soy muy joven y escribo como joven, aunque decentemente. Termino reflejando las cosas más introspectivas desde afuera, soy más de narrar lo que pasa afuera que esas cuestiones del alma, no me dedico a eso. Soy más de historias, en especial historias en las que hay cosas que no son usuales, eso me gusta, me gusta lo que es irreal pero no caigo en ese fantástico tipo Harry Potter, uso la fantasía sutil. De repente es por ese realismo mágico heredado de García Márquez, que tengo sembrado en la cabeza.

¿Por qué decidiste entrar al concurso? ¿Es la primera vez que concursabas por algún premio literario?
He participado en algunos concursos que hace la Universidad de Panamá, que son de menor envergadura. Participé el año pasado del Premio Diplomado y también este año, y en el 2010 en el Rogelio Sinán.  Y la razón por la que entré fue por lo que aprendí en el Sinán, y es que uno piensa que uno la está botando pero no la está botando, es positivo tener el feedback,  creo que es lo que más me llevo de todo esto, a mí me parece muy gratificante leer el fallo y ver un párrafo sobre mi obra, eso me ayuda a entender lo que estoy haciendo, me puede ayudar a entender qué es lo que va bien y qué es lo que va mal para perfeccionar en ese sentido.

¿Y por qué entraste al Diplomado?
A mí me gusta escribir desde que soy muy pequeña, y el único referente de lo que hacía era yo misma, o mi mamá, persona no muy imparcial, me iban a decir que siempre está bien, me parece que más por qué entré sería lo que obtuve, un aprendizaje. El oficio de escritor es evolutivo, conforme te vas formando y vas practicando, escuchando la crítica, vas mejorando, y yo creo que eso fue lo que yo obtuve. Cuando yo entré pensé que iba por cuento y novela, no me interesaba lo demás, a mí poesía no me interesaba, pero la experiencia con Salvador fue supremamente interesante a pesar de que ya salí del Diplomado y aún no quiero escribir poesía, pero me enseñó cosas de la poesía que he incorporado en mis cuentos, y que no hubiera obtenido si nada más me hubiese cerrado a ese referente. Y por el otro lado, la experiencia de tallerear es completamente diferente de escribir uno por uno mismo, la técnica que obtienes es mucho más nutrida. Antes del Diplomado no tenía idea que pasaba algo como las rimas, no era consciente de que las palabras me rimaban, y ahora que leo, las encuentro y voy tachando, te va como entrenando el ojo para que tú mismo seas crítico de lo que escribes.


Andrea Vinci
Segunda mención honorífica de Premio Diplomado en Creación Literaria 2014-2015.

Andrea Vinci



Desde Buenos Aires con un buen tango, recorriendo España entre los pasos del flamenco, regresando a nuestra América con cantos de mariachis en México hasta llegar al centro del mundo, corazón del universo, está la trotamundos Andrea Vinci, la cual cursó el Diplomado de Creación Literaria este mismo año y se puso como reto presentarse al certamen con la obra "Quién te dijo que quiero ser princesa".
Estudió arte escénico y locución en su natal Argentina y trabajó como actriz. Actualmente estudia Antropología en la UNED, por placer, "para que no se oxide el cerebro", en sus propias palabras. Adicionalmente administra su blog personal y mantiene un grupo literario, Punto y Seguido, con amigos escritores de España, con los cuales maneja el blog del mismo nombre:
 http://puntoyseguidoescritores.blogspot.com.es/

¿Cómo fue la compilación de cuentos con la que participaste?
En un principio iba a participar con doce cuentos, pero a último momento decidí poner uno más por cábala. La gente usualmente dice que el número 13 es malo, pero decidí que sería algo bueno. Dentro de la colección tengo cuentos que escribí hace doce años y otros escritos del año pasado. Fue curioso porque entregué el trabajo el viernes tres horas antes de que cerraran el concurso, pero el mismo día seguía haciendo correcciones en la mañana, antes de imprimirlo.

¿Tus cuentos tienen una temática?
Todas son historias relacionadas con mujeres. El título del libro, “Quién te dijo que quiero ser princesa”, no es el título de ningún cuento, es un título que yo hice especialmente porque creo que todas las mujeres dentro de la colección son mujeres especiales, mujeres fuertes y que “no quieren ser princesas”.

¿Te da algún tipo de mensaje que hayan sido tres mujeres, la que ganara y las dos menciones?
Yo lo pensé, pero estimo que somos más las mujeres que escribimos últimamente. Pero, bienvenido sea que seamos mujeres, porque la verdad es que siempre fueron los hombres los que tuvieron la ventaja. Una ve que siempre los editan más a ellos, como si fueran los favoritos, de seguro piensan que los van a leer más, aunque últimamente los bestseller, a pesar de que no los leo, son de mujeres. El último es de una inglesa que vendió 5 millones de libros, se llama “La chica del tren”, son tres diarios interrelacionados de mujeres. Mi punto con esto es que está triunfando la literatura femenina y esto se debe a que también son más las mujeres que leen.
Aunque, en realidad, uno puede escribir desde la voz de un hombre y ni siquiera darse cuenta el jurado de quién lo escribió. Uno pudo haber escrito textos totalmente distintos a los de hombres escritos por hombres.

¿Tienes referentes literarios que te hayan formado como escritora?
Una costumbre que tengo es que si alguien me gusta mucho no me leo todos los libros porque tengo miedo de que me terminen influenciando y al final mi escritura sea muy parecida a la de ese escritor o escritora, pero sí hay algunos que me han maravillado, me encanta James Salter, Alice Munro, Clarice Lispector, Franz Kafka, Ernest Hemingway… No los puedo tener así catalogados, son muchos, obviamente Gabriel García Márquez, Julio Cortázar. Pero creo que a mí me gusta más la literatura intimista, más tipo Salter, Munro, más al alma del personaje, no tanto que me cuenten un montón de acciones.
tengo en mi mesa de noche pilas de libros, muchos de cuento, entonces, antes de acostarme me digo “hoy tengo ganas de leer a tal autor”, saco uno y leo uno de sus cuentos, y así también tengo de novela y de poesía, todos acumulados.

¿Actualmente, qué están leyendo?
Leí “Las Impuras” de Carlos Wynter Melo, que lo estoy releyendo, a ver si le hago una reseña en el blog. Y antes de eso leí el último de Milan Kundera “La fiesta de la insignificancia”, y los de Carolina Fonseca.

¿Cómo definirías tu estilo de escribir?
Dicen, los que me leen dicen, que tiendo más a la introspección, pero yo lo que busco siempre es acomodarme a la historia, es decir que si la historia necesita ser contada de una manera o de otra yo me adapto, entonces creo que la historia manda, la historia puede necesitar ser más introspectiva y cambia el tono y cambia todo.

¿Por qué decidiste entrar a este concurso?
En sí a los concursos no les tengo mucha fe, he participado en algunos de cuento, pero no de libro de cuentos. En esta ocasión me dije que terminaría siendo una meta, a ver si cierro un libro, tenía todo ahí y no había manera que me pusiera las pilas, así que lo terminé. Y como ya dije, había cuentos muy viejos y terminé haciendo una selección, pero era una cosa  que tenía pendiente. Al final lo mandé porque tenía mucho material de años anteriores y me dije “me voy a animar a mandarlo como libro”.

¿Y por qué decidiste entrar al Diplomado?
Bueno, yo hice muchos talleres, en Argentina, España, México, creo que era una manera de integrarme a la sociedad panameña y de conocer su literatura.
Adicional, creo que en el fondo somos un poco inseguros, necesitamos que alguien nos lea, no alguien de confianza sino alguien en que confiemos en su juicio y en su buena fe como lector. Yo tengo la suerte de tener gente que me da una mano, pero también está lo otro, que sobre gustos no hay nada escrito.
Para mí los talleres también sirven para aprender a leer, a ser mejor lector, es una de las cosas que más uno aprende con los talleres. Muchas veces agarras ese libro que leíste siendo adolescente y que en ese momento te gustó, pero no eras capaz de divisar el trabajo del escritor, es como que la gente que no escribe piensa que uno es como iluminado, y no se imagina todo el trabajo que hay detrás, que se tachona, se retachona, se reescribe. 

¿Sientes que te has integrado a la sociedad panameña?
¡Claro! Aún me falta mucho para integrarme a Panamá, pero me pasó cuando llegué a México que no empecé a relacionarme de entrada con la gente, viví  una depresión, y aquí eso no me está pasando. Cambiar de lugar es un shock, siempre es un shock,  y de cierta manera no es solamente integrarme yo, sino  conocer el ámbito literario de Panamá, porque es un país que no se lo lee afuera, que no se conoce. Antes de venir me puse a buscar talleres, encontré el Diplomado y empecé a acribillar, a mandar correos para ver cuándo empezaba, esta era la manera de conocer los escritores, porque ni a Sinán conocen fuera de Panamá. 

Tú que vienes de afuera, ¿qué apreciación tienes de la literatura panameña ahora?
Yo pienso que deberían venderse más porque están al nivel de cualquier país de Iberoamérica. Creo que no hay desde el gobierno, probablemente, una buena publicidad de la literatura o en general del país, aunque viéndolo mejor, es un problema de todo Centroamérica, porque yo de la región sólo conocía a Gioconda Belli, es lo que se conoce en España. Más allá de que siempre hay una literatura  que sólo se lee en el propio país, por ejemplo yo viajo a Argentina y compro libros que no se van a conseguir en otros lugares porque se consumen nada más ahí, lo mismo pasa en México y España, pienso que la calidad es muy buena y deberían buscar la manera de impulsar el arte y hacerse conocer fuera de Panamá.

Cada una de las autoras tuvo una historia diferente que contar, pero bajo la misma pasión en común: escribir.

Ciudad de Panamá, miércoles 29 de julio 
Corina Rueda Borrero



martes, 25 de agosto de 2015

LARGA VIDA A RAFAEL CHIRBES

El 15 de Agosto murió uno de los grandes de la literatura contemporánea española. La noticia me estalló en las manos a través de un mensaje de whatsapp, recién llegada de Nueva York. Durante mi viaje me había empeñado en mantenerme al margen de las noticias. Viví feliz y plenamente esos días en una burbuja que oscilaba entre el Hudson y el East River. Sí, feliz e ingenua, a la sombra de los más famosos rascacielos y avenidas. Ya de vuelta, el mundo volvió a ser mundo y las noticias, buenas y malas, comenzaron a llegar nada más pisar el aeropuerto y recuperar mi tarifa de datos.

Ha muerto Rafael Chirbes, leí.  

Rafael Chirbes. Festival Eñe 2010. Madrid


Después, llegaron los titulares

- Muere el autor de 'Crematorio' y 'En la orilla'.
- Adiós al cronista del presente. 
- Rafael Chirbes: el novelista que lo hizo todo alrevés.
- Muere el gran cronista de España desde la Transición hasta la crisis.
- Fallece Rafael Chirbes, la letra y la rabia de la crisis. 
- Muere a los 66 años, de un cáncer de pulmón fulminante, el escritor Rafael Chirbes.

Y las condolencias de amigos, lectores e instituciones: 

Guillermo Busutil: Chirbes cruzó a la otra orilla. Un triste crematorio en la literatura con sabor de prosa y conciencia frente a las sombras. 

Pablo Aranda: Cuando tomé la precipitada decisión de vivir en Marruecos… Así empieza 'Mimoun', la primera novela (novelón) de Rafael Chirbes. Gracias. (…) creyéndose que era un collar de esmeraldas. Así termina 'En la orilla', última novela, (novelón) de Rafael Chirbes. 

Ayuntamiento de Zafra: Desde el equipo de gobierno expresamos  nuestras condolencias a familiares y amigos; siempre nos quedarán sus obras y nunca caerá en el olvido. 

Il gatopando: Una y otra vez Rafael Chirbes hurgó con su pluma en los recovecos de la reciente sociedad española, justo allí donde no queríamos mirar. 


Yo conocí a Rafael Chirbes en el festival Eñe de Madrid, en noviembre de 2010, durante una charla, o más bien un baile, con Peio Fernández Riaño. Alguien lo presentó aquel día como dueño de un inmenso acerbo cultural, uno de esos escritores a los que todo joven con ambiciones literarias sueña con conocer. 

Peio Fernández Riaño
Rafael Chirbes

Recuerdo estar sentada en las primeras filas, tomando nota de todo lo que decía: 

- ¿Qué es el éxito? 
 El éxito forma parte de las ideas del ahora. Que un libro perdure 50 años y se venda, eso es un éxito. Si en 2 ó 3 años no se vende, es un fracaso. Yo creo que tiene éxito la lectura de cada cual. 

- ¿Es más fácil vender cuando se sigue la corriente?
 Es más fácil cuando navegas a favor de la corriente, del poder. Una novela es una indagación del escritor. Cuando dices lo que quieren oír los lectores, el jurado o el poder, sientes que eres un farsante o que estás diciendo una mentira. En mi libro 'La buena letra' está la traición de mi generación a la generación anterior. Cada vez que escribes lo haces a través de un grupo mediático. Más vale reconcomido, que arrastrado. 

- La novela sin contexto no creo que exista. Todo es historia. Nosotros somos historias, nuestros pies y nuestra nariz son historias, por lo que la literatura o novela sin historias no existen. 

- Los escritores ayudamos a formar la sensibilidad del tiempo en que vivimos. Somos responsables de formar determinados gustos, sentimientos, puntos de vista… Tenemos que ver qué sentimientos queremos generar con nuestros libros. Para ser novelista hace falta tan sólo tener antenas y leer mucho. No hace falta ser muy inteligente para ello. 

- Me  gustan los libros de Historia y casi nunca estoy de acuerdo con lo que dicen.

- Los escritores dicen lo que dicen sus libros. Lo que hay que hacer es leer. Si quieren saber lo que pienso, lean 'Por cuenta propia' y 'El novelista perplejo'. 


Mi cuaderno está repleto de apuntes de aquella charla y mientras los leo, me vienen recuerdos. En notas posteriores, releo apuntes de cuando también conocí a Ana María Matute o a Esther Tusquets, que también nos dejaron. 'Todo es historia', parafraseo. Charlé con Rafael y le regalé un ejemplar de nuestro libro 'álbum de familia', se lo dediqué allí mismo y me lo agradeció con sincera ilusión. Unos minutos más tarde me firmaba 'El novelista perplejo'. Simple y conciso: Para Isa, con cariño. Es cierto lo que dijo: si quieren saber lo que pensaba, léanlo. 

Rafael Chirbes e Isabel Merino

Aquel año también  leí 'La buena letra' y me enamoré de la sensibilidad con la que está escrito, y del personaje de Ana. Un libro magnífico que he leído y recomendado mucha veces. La primera vez, lo leí de una sentada y lo terminé con ojos llorosos. Me impactó el personaje de Ana, como ya he dicho, y esa precisión de Chirbes de mostrar los perfiles de la posguerra, sus tragedias familiares y sociales y de cómo se metió en la piel de una madre que le cuenta a su hijo su vida, de cómo nos hace sentir todo lo que ha vivido y sufrido en silencio. Esa sensibilidad, de verdad, sí que me convirtió a mí en lectora perpleja. Desde entonces he seguido su trayectoria. 

Sin duda, Chirbes es como uno de esos libros de éxito, perdurará en el tiempo, y dentro de 50 años, se seguirá hablando de él. 

Hasta aquí mi pequeño y discreto homenaje hacia un escritor que admiro y que un día tuve la suerte de que se cruzara en mi camino. Y lo seguirá haciendo. Larga vida a Rafael Chirbes.


Punto y Seguido





Fotografías de Isabel Merino. 
Festival Eñe, Madrid 2010.

martes, 18 de agosto de 2015

IMAGINA UN COLIBRÍ







Imagina que eres un pájaro. No un ave grande y planeadora como un águila o una gaviota, no. Un pájaro, un pájaro pequeño, pongamos un colibrí. No un colibrí diminuto, casi un insecto, no. Uno de los medianos, pongamos de unos quince centímetros. Un colibrí americano de los que llaman picaflores o zunzunes. Imagina su plumaje del color que más te guste. Digamos, por ejemplo, que de un verde esmeralda tornasolado con una mancha roja en el pecho, una mota colorada como un corbatín de seda. Imagina su pico, largo como una trompa y fino como un florete, listo para libar en el interior penumbroso de una flor, pongamos una orquídea blanca. Ahora imagina su vuelo portentoso, su aleteo supersónico de ochenta aletazos por segundo, su batir cambiante: adelante, atrás, atrás, adelante... el zumbido minúsculo de las alas al quedar congelado en el aire, suspendido en mitad del vuelo. Imagina el colibrí y recuerda que es el único pájaro que puede volar hacia atrás y es por eso que lo hemos elegido, porque vamos a desandar el tiempo. Ahora, olvida el colibrí.


Inmaculada Reina

lunes, 10 de agosto de 2015

LECTURAS VERANIEGAS



Entre los libros leídos este verano quiero destacar dos, El verano sin hombres de la escritora americana Siri Hustvedt, y La Encajera del francés Pascal Lainé.

En ambas novelas el abandono es el tema de fondo. En el caso de El verano sin hombres la abandonada es una mujer de cincuenta y pico años a la que su marido le pide una Pausa, después de treinta años de un matrimonio ejemplar. 
En el segundo caso, La Encajera, es Pomme una joven humilde de dieciocho años que es abandonada por su primer y único amor, un estudiante de clase social y cultural más alta que ella. Ambas mujeres son desgraciadas ante el abandono, pero los recursos con que cuenta cada una son muy distintos y los resultados también.


Mientras Pomme, la joven humilde vuelve a casa de su madre, se encierra en su habitación para más tarde pasar sus días en un sanatorio. Mía la esposa cincuentona, padece un ataque de locura temporal, es internada  en un psiquiátrico de inmediato. Para Mía son otros tiempos, otro país, es otro personaje contado desde la perspectiva de una mujer que le da un punto de esperanza.

Mía se marcha al pueblo dónde pasó su infancia dónde aún vive su madre octogenaria, en una residencia. Da clases de poesía a un grupo de adolescentes y hace amistad con Lola, la vecina de al lado que tiene una niña pequeña y un bebé. Tiene conversaciones telefónicas con su psicóloga con la que desahoga su frustración.  Mía  sale del agujero de la locura, gracias al apoyo de sus seres queridos, amigas y a la literatura. Relata su frustración, sus sentimientos en primera persona  unas veces en tono emotivo y otras de comedia.


"Lo que sucedía era que había sido incapaz de forjarme un espacio propio o, más bien, que no lo había hecho como debía. Algunas personas se apropian simplemente del espacio que necesitan, expulsando a codazos a los intrusos hasta tomar posesión de él."

 Mientras Pomme se encierra en sí misma y su madre no se atreve a consolarla ni a hablarle, solo a hacer elucubraciones sobre la posible boda de su hija.


En Un verano sin hombres, Mía es consciente del tiempo, de como la vejez va devorando a cada una de las amigas de su madre. Se deja abrazar por su hermana Bea, por su hija. Es cómplice de su vecina cuando discute con su marido. Participa en un club de lectura en el que debaten Persuasión de Jane Austen. Vuelve a vivir y se pregunta si realmente necesita a su marido.


“El tiempo nos confunde, ¿verdad? Los físicos saben cómo jugar con él, pero el resto de nosotros tenemos que ajustarnos a un presente vertiginoso que se transforma en un pasado incierto y, por más embrollado que ese pasado resida en nuestra memoria, siempre avanzamos inexorablemente hacia nuestro final.”

La Encajera, es un amargo ejercicio sobre el abandono,  la soledad y el desencanto. Construida a base de silencios,  muestra la convivencia, el amor y la incomunicación entre dos seres indefensos. Pomme una chica sencilla, pura, introvertida se enamora de Aimery un estudiante que queda fascinado por su belleza en un principio. Ella atrapada dentro de la jaula de su mundo interior. Una crónica del abandono y incapacidad de superarlo por falta de recursos afectivos, económicos y sociales.

“Pomme se durmió. Aimery la oía respirar. Nada había cambiado. Seguía siendo la misma paz, inaccesible, incomprensible. Estaba otra vez solo. Hubiese querido despertarla, sacudirla, que le dijera alguna cosa, que era feliz, o estaba triste, poco importaba. Se levantó. Fue hacia la ventana. El cielo era una laca negra.  No se veía resplandecer un manto de estrellas. Una gota de lluvia cayó caliente. Luego, nada. No soplaba viento. Se oía el mar, muy lejos. No quería despertarla. ¿Para qué iba a servir? No estaría menos ausente que en el fondo de su sueño. Y esperó a que amaneciera. No era desgraciado. Ni siquiera se sentía decepcionado. Se cargaba de paciencia. En París sin duda todo sería distinto. Y luego pasaría el tiempo.”

 En La Encajera se narra el abandono vivido por una mujer y desde el punto de vista de un hombre en tercera persona. La mujer es un ser bello y extraño, apenas sabemos nada de sus sentimientos.

“Él hizo el amor en medio de un profundo recogimiento, y siempre con el mismo gesto de  desvelar. Él ya había conocido este placer, pero todavía nunca esta emoción. Sin embargo, la emoción terminó con el placer, como privada de su fuente, que no era, pues, aquella muchacha en concreto.”


  Dos novelas totalmente recomendables.



                                                        Loli Pérez, Punto y Seguido

lunes, 3 de agosto de 2015

EL MUNDO SIGUE: MADRID, 1963, BARRIO DE MARAVILLAS

Se me ha ocurrido que Fernando Fernán Gómez al plantear en su película El mundo sigue (1963) la relación entre las hermanas protagonistas, trataba de representar, de alguna manera, el tema de las dos Españas. Esas dos hermanas que se odian desde siempre pero que nunca llega a explicarse la razón de su odio, quizás porque el odio en sí no tenga una razón concreta, sino una acumulación de sinrazones. La una, madre de tres hijos, sin dinero, con un marido tarambana, vive paralizada por su idea del honor y la moral, la otra, en cambio, no reconoce moral alguna más que en el dinero, las posesiones y el ascenso social; la una envidiosa, la otra relamiéndose de saberse envidiada; la una pobre, pero honrada, la otra puta y rica. La una se mira en la otra, las dos se odian y se necesitan. 
Quizás esta idea de las dos Españas tuviera que ver con el pensamiento de Fernán Gómez, su ideología, su manera de mirar el mundo. De ahí también el tono desesperanzado, la imagen demoledora de esos "triunfantes 25 años de paz" y de fascismo. Los personajes fueron niños durante la guerra, crecieron en la "España Grande y Libre", de hambre y de estraperlo, mantenida por un puñado de embaucadores, chantajistas, beatos, militares, delatores, arribistas, curas..., una España sin futuro o con el futuro acotado por un vuelva usted mañana o aquí no se fía, la ilusión de ser declarada reina de las fiestas del barrio, que te toque una de catorce o poder sentarte en una terraza, dejar una propina y oír al camarero decirte gracias señorita. Una España sin sueños o con los sueños hipotecados en cómodos plazos inalcanzables.



Aquí no está la ironía de Berlanga, el humor feroz de Ferreri, ni siquiera el vitriólico costumbrismo de otras pelis del Fernán Gómez de la época: La vida por delante (1958), La vida alrededor (1959), El extraño viaje (1964). Aquí no hay sosiego. Tampoco es una película sobre la dictadura, ni siquiera se menciona la guerra ni a Franco, ni ninguna de las situaciones "comprometidas" de su reinado de cuarenta años y un día. Toda ella rezuma el espíritu de la época por los cuatro costados : el miedo a perder el trabajo, el miedo al que dirán, el miedo al embarazo, a quedarse soltera, el miedo a los jefes, los señores, los dueños, los policías..., y sin embargo parece hablarnos del ahora mismo.
Cuentan que Fernando tuvo que hacer concesiones a la censura, aceptar recortes, hipotecarse porque ningún productor quería financiar el proyecto, y aún así tardó dos años en estrenar su película. Pudo hacerlo gracias a la "apertura" de Fraga Iribarne al frente del Ministerio de Información y Turismo, aunque sólo de tapadillo, por unos días en un cine de Bilbao. Después, agur, jamás se supo. Ni siquiera cuando murió el dictador y repusieron todas aquellas películas censuradas o prohibidas, algunas verdaderos chumbos, pudo colarse en las carteleras. Me da por pensar que la nueva democracia no tenía mucho interés en verse retratada sólo unos pocos años antes. Españoles de a pie, pobres españoles pobres, ahora que todo era esperanza, ahora que por fin parecía que tendríamos un futuro, no era plan de ponernos trágicos.


Han tenido que pasar cincuenta años desde entonces, y casi todos muertos (Milagros Leal, Francisco Pierrá, Lina Canalejas, Agustín González, Fernando Fernán Gómez, María Luisa Ponte, Fernando Guillén, Tota Alba. La "superviviente" Gemma Cuervo,  cuenta que fue su primer protagonista en cine, después no volvieron a llamarla) para verla. Cincuenta años después, de manera distinta, siguen existiendo las dos Españas, igual que hay dos Grecias, dos Italias, dos Alemanias, dos Europas, la una quiere soñar y lucha por salir del agujero, la otra, simplemente, no lo necesita.


Miguel núñez ballesteros
Punto y seguido