domingo, 29 de junio de 2014

ABUELO




Una niña corre a abrazar a su abuelo, su abuelo malagueño, sentado en el bar, esperándolos. Domingo por la mañana. Con los ojos abiertos lo veo, con su acento perdido, el mar en las pestañas, el caminar lento, cansado, el amor afirmado en los gestos. Y pienso en que se fue sin haber regresado. El elástico se tensa y el corazón susurra añoranzas. Canta nanas. Echarlo de menos es una mirada, un suspiro, algo que sucede cada tanto y que queda atrapado en el cofre de la memoria. 


Andrea Vinci
Punto y Seguido

viernes, 27 de junio de 2014

OJOS

            Se miraban, no decían palabras. La expresión de los ojos les bastaba para comprender el significado de cada gesto: sus apetencias, sus miedos, sus aflicciones. Una rápida ojeada y todo quedaba dicho.

            Tras una acalorada discusión de miradas encendidas, él se marchó una tarde dando un portazo. Ella se lavó el cabello, se vistió de amarillo y se maquilló los párpados con reflejos de oro. Cuando él volvió  al cabo de unas horas traía puestas unas gafas oscuras.

En la cocina, sentados uno frente al otro ante sus respectivos platos de musaca, ella le habló sin palabras, como siempre había hecho. Utilizó expresiones amables tratando de restar importancia a los motivos de su disputa, aunque no consiguió arrancarle un comentario, una súplica o una respuesta.

Al final, cuando todo quedó dicho, él se quitó las gafas y dejó al descubierto las cuencas vacías de sus ojos. Ella lo miró confundida, tratando de entender lo que él ya nunca  iba a poder decirle. Se levantó, apagó la luz y no le dirigió la palabra en toda la cena.


Fotografía de Eva Rubinstein


miguel núñez ballesteros
Punto y Seguido

miércoles, 25 de junio de 2014

MADEJAS



Cuando el despertador suena a las siete, el hilo comienza a tirar de mí. Me resisto, lo alargo cuanto puedo y siempre llego tarde al despacho. La jornada transcurre entre tiras y aflojas y la madeja se va deshaciendo. El hilo se me enreda a los pies atendiendo a los clientes al teléfono y me ata las manos en una discusión con un compañero. Mi jefe tira del hilo y me arrastra a su despacho sin posibilidad de escape. Regreso a casa al atardecer con el hilo arrastrándose, sin tensión, por el suelo tras de mí. Preparo la cena y como ante el televisor. A las doce menos cuarto me voy a la cama ansiosa por agarrar otra madeja, una por la que dejarme llevar, la de los sueños...





Punto y Seguido

viernes, 20 de junio de 2014

LOS VIAJES DE GULLIVER


¿Quién de vosotros no ha soñado alguna vez con aventurarse en un mundo diminuto para disfrutar de una divina perspectiva?

Cuando era pequeño, siempre me cautivó la historia de Los viajes de Gulliver. Aquellos seres diminutos, de diminutas viviendas y diminutos barcos anclados en puertos diminutos, constituían la fiel representación de mis propios escenarios para los Clicks, que sin duda eran mi juguete preferido. Lilliput siempre fue una ciudad en la que me hubiese gustado vivir, siempre y cuando estuviera en la piel del gigante, claro está.




Curiosamente, el viaje a Lilliput, es de todos los viajes, el que más ha llegado hasta nosotros, gracias a la multitud de adaptaciones en comics, cuentos para niños, películas de animación, etc. Pero resulta difícil, cuanto menos inusual, encontrar a alguien que sepa decirnos cuáles fueron los otros viajes que realizó Gulliver.

Jonathan Swift fue un clérigo irlandés que nació en Dublín en 1667 y murió en 1745. Su vida, iniciada en la más absoluta pobreza, está plagada de éxitos y giros. Trabajó para políticos y fue excelsamente valorado. Posteriormente se retiró para ser clérigo en una vicaría de su país natal. Cuando murió, dejó toda su fortuna a los pobres disponiendo que se construyera con cargo a ella un manicomio. Su vida y sus escritos no están exentos de curiosidades.

Los viajes de Gulliver no es un libro para niños, más bien al contrario. Es una inigualable (y bastante actualizada, por cierto) sátira acerca de la política y la sociedad en general, de la moral y la ética, de los derechos y obligaciones del ciudadano, de nuestras glorias y sobre todo, de nuestras miserias.

Releí recientemente la obra de Swift y disfruté con esta grata sorpresa, pues esperaba encontrar el cuento que me acompañó en mi infancia, y sin embargo tropecé con los cuentos con los que diariamente nos embaucan los políticos. Aquellas consignas con las que, desde la época del autor, aún siguen manipulando al pueblo. Encontré así mismo las razones por las que nuestra especie es catalogada en multitud de ocasiones como cruel e injusta con nuestro entorno.
Sergey Tyukanov

El éxito del libro radica en sacar al ser humano de su realidad, aparentemente austera y noble, y colocarlo en un mundo de fantasía, irracional y decididamente absurdo, para definir y valorar las dudas que enfrentan a los ciudadanos de esos excéntricos territorios: Lilliput, Brobdingnag, Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdurbdrib y el país de los Houyhnhnms.  Ni Gulliver, ni cualquiera de los avezados lectores saldrá indemne de esos viajes.

No dejéis de embarcaros en la aventura de Gulliver, pero no olvidéis llevar colocada la coraza, pues esos países son menos inofensivos de lo que parecen. Y no regreséis sin haber comprobado la crueldad, envidia y el egoísmo de la que son capaces esos despreciables yahoos.

A continuación os dejo, a modo de aperitivo, dos perlas del libro, con el fin de convencer a los indecisos y a aquellos a los que aún les queden dudas acerca de las intenciones del libro.


 Tres reyes me aseguraron que a todo lo largo de sus reinados ni una sola vez habían favorecido a una persona de mérito salvo por equivocación o engaño de algún Ministro en el que confiaron, añadiendo que, de volver a vivir, no harían otra cosa, demostrándome, con razones de gran peso, que el trono de un rey no puede mantenerse si no es con la corrupción, pues esas cualidades positivas, ese aplomo y esa obstinación que la virtud infunde al hombre constituyen obstáculo continuo para los negocios públicos.”
Lilia Mazurkevich

Quedé sorprendido al ver en qué grado y con qué rapidez se había propagado la inmoralidad en aquel Imperio como consecuencia del lujo y desenfreno tan recientemente difundidos, lo cual hizo que no me extrañasen tantos casos semejantes de otros países, donde ha imperado el vicio en todas sus formas mucho más tiempo, y donde la gloria y todo el botín los ha acaparado el Jefe Supremo, que era acaso quien menos derecho tenía a ambos.”


Pedro Rojano
Punto y Seguido




miércoles, 18 de junio de 2014

BARBARISMOS DE ANDRÉS NEUMAN

El pasado jueves 5 de Junio tuvo lugar en la librería Luces de Málaga,  la presentación del último libro de Andrés Neuman: Barbarismos


Llegué apenas cinco minutos antes que Neuman, ambos tarde. Nos dimos un abrazo en cuanto nos vimos, él tarta en mano. Le seguía Juan Casamayor, editor de Páginas de espuma. Le precedía desde hacía rato Cristina Consuegra, escritora, crítica literaria, etc que ejercía de presentadora, a la vez cumpleañera, y que amablemente me cedió su asiento en la primera fila junto a mis compañeros Loli, Inma y Mauri.

Juan Casamayor, Andrés Neuman y Cristina Consuegra

Una vez todos sentados, y la tarta oculta en el almacén, tomó la palabra Juan Casamayor, para contarnos que el camino de este último trabajo conjunto entre escritor y editor, (el cuarto concretamente),  ha sido un trabajo largo, cansado y precioso.  

Contigo no me canso, como mucho me emborracho, apuntó Andrés. 

El primer manuscrito de Barbarismos se generó hace cinco años. La escritura es rápida, pero corregir es un trabajo largo y profundo y se tarda mucho más, por eso la demora. Barbarismos es un diccionario en el que está el Andrés-hombre, en muchos de los términos definidos. Fui yo, continúa el editor, quien le pidió completar esa cartografía. 

En este diccionario hay una serie de reflexiones políticas, ideológicas, literarias, futbolísticas y propuestas de contenido, comentó Andrés.


Entre ambos, autor y editor, hay una química que no se empeñan en esconder, si no todo lo contrario, se dan un baño de amistad y comparten su complicidad con todos nosotros en lo que derivó en una presentación absolutamente entrañable, amena, divertida, entusiasta y participativa. Diríase: Bárbara. 

Cristina Consuegra llevaba escrito su discurso en un folio, que Andrés le requisó al final de su lectura, (¿me lo puedo quedar?). Cristina dio las gracias por la inteligencia y el humor, e hizo hincapié en que la cartografía Neumaniana se divide en Humor, Inteligencia y Mirada del autor. La realidad es en función de quien mira. Barbarismos va más allá de palabras, significados y realidades. Hará que la duda se instale en nosotros. 


Neuman fue el último en tomar la palabra, y os dejo aquí algunas anotaciones que tomé de su discurso:

Gracias, dijo. A los espejos, (Borges los odiaba), a los Amigos, (nos mira y sonríe) y a Mamá-pato-editor (cua, cua, cua). Todo sinónimo es un matiz fatal. 

Cuando entregué el manuscrito hablaba de sexo, fútbol, política, dinero, crisis financiera, proceso de democratización con el pretexto de la crisis, y los recortes. Juan me devolvió el manuscrito con un eco mucho más íntimo. (El léxico es la única riqueza que aumenta a medida que la usamos). Así que Juan me puso deberes, una lista de vocablos, inclinaciones literarias y acontecimientos íntimos, tales como: hospital, violín, cuento, etc. 

Cuento era una palabra que no se podía negociar, que debía ir sí o sí. Barbarismos no se publicaría sin esa palabra. La primera versión de los barbarismos que fue reescrita durante meses parecía el juego Pasapalabra. Ha necesitado muchas capas de reescritura para llegar al borrador definitivo. Uno de los equivalentes de palabras es voces y algunas de ellas eran de él. Por ejemplo: corrección. Si todo libro es ejercicio de reescribir, esto se hizo salvajemente literal. Un diccionario es casi una quimera de la precisión. Decir tanto en tan poco es un contrabarbarismo. 


Andrés habló también de sus diccionarios favoritos: 

El Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce: es una enciclopedia diabólica que reflexiona culturalmente sobre la palabra. Ha envejecido en su concepto de género, de manera casi trágica. 

El Diccionario de lugares comunes de Flaubert: que tampoco es un diccionario. Es un artefacto Perec-quiano. Son como notas al margen del individuo, lector, escritor. 

Me he dado cuenta pues, de que mis diccionarios favoritos no son diccionarios. El diccionario académico rara vez alcanza una neutralidad. Y yo soy adicto a consultar los diccionarios. Desconfío de la definición y quiero reescribirla y eso  me pasa también con la literatura. El diccionario es como el libro de arena, lo que hace es mostrar que las palabras son un espejo dinámico que necesita un lector disconforme. Por lo tanto, Barbarismos se nutre de todos los géneros sin conformarse con ninguno. Este libro es de Aforismos. 



Y para finalizar, habló de los Barbarismos

Barbarismos: Incursiones en el lado incorrecto del lenguaje, pero también es un vocablo que proviene de los bárbaros. Lo que un escritor escribe no deja de ser forastero. Tanto lo extranjero como lo incorrecto se tocan con la función de la palabra literaria. Me gusta pasarlo bárbaramente bien con el lenguaje, y de eso se trata Barbarismos.

La última parte de la charla fue resuelta con la lectura de varios de ellos: 

Autoestima: Montaña rusa de un solo pasajero. 
Bandera: Trapo de bajo coste y alto precio. 
Abdicar: Infinitivo que llega tarde. Incluye una nueva acepción. 

Definió una serie de palabras más, como : baño, beso, civilización, corazón, cuentista, cuento, democracia y escuchar. Cristina Consuegra hizo un inciso para leer Feminismo: Liberación de ambos sexos en nombre de la mujer; y Masturbación:  Amor portátil. 2. Orgía mantenida entre alguien presente y todos sus ausentes. 

Y siguieron varias definiciones hasta completar al menos dos por cada palabra del alfabeto, como: escuchar, ficción, goleador, humor, insulto, joder, kafkiano, kitsch, leer, maestro. Cuando llegué a las letras Ñ, X, Y, pensé: ¿Ha sido buena idea hacer este diccionario? 

Muchas gracias por este amor, dijo, dando por finalizada la presentación de Barbarismos

En la portada del libro se puede leer la definición de Leer: Acción de viajar hasta donde uno se encuentra. 2. Acción y efecto de vivir dos veces. 

Eso es lo que queda ahora: Leer Barbarismos. Viajarlo. Vivirlo. Dos veces. O las que hagan falta. 


Lo que vino después: pues la tarta para Cristina Consuegra. Le cantamos el Cumpleaños feliz, Andrés Neuman partió la tarta, de chocolate-rellena de chocolate, y Juan Casamayor se encargó de repartirla a todos los allí presentes. Entre los mmmm qué rica, y los mmmm qué buena, Andrés fue firmando sus barbarismos para todos y cada uno de los que disfrutamos de una presentación única, y absolutamente bárbara

Andrés Neuman, Isa Merino, Loli Pérez e Inmaculada Reina
Y el después del después: cena de amigos.

Amistad: Vínculo perfectamente posible, a condición de no tratarse demasiado. 2. Amor sin miedo.  


Punto y Seguido




Posdata: Notas tomadas por mí, salvo error u omisión, en la presentación  del libro Barbarismos el 5/6/2014.  Si alguien que estuvo presente detecta algún barbarismo en el texto , se debe culpar a la que suscribe y no al autor , al editor, o a la presentadora. 

Fotografías tomadas por Isabel Merino. 










lunes, 16 de junio de 2014

FAR LEYS, MIGUEL ÁNGEL OESTE




Cada vez me resulta más complicado dar una opinión personal y objetiva de una novela, más aún cuando apenas hay referencias de otros lectores por ser novedad editorial como en este caso  Far Leys, de Miguel Ángel Oeste. 


Una novela sobre la vida de un músico maldito, Nick Drake que en 1974, con solo veintiséis años, fue hayado muerto en la casa de sus padres, la mansión Far Leys.

La trama de la novela comienza treinta años después, narrada a través de dos personajes, Jane MacDonals una mujer que conoció y amó a Nick sin ser correspondida por él. Profundamente marcada por un sentimiento de culpabilidad, por la muerte de su hermano Ian en la infancia y por el recuerdo obsesivo de Nick Drake, que  a pesar de ser la persona más importante en su vida, no pudo hacer nada por salvarlo. Se traslada de Londres a Nueva York y allí recibe la visita de Richard, un actor con una vida personal complicada, que quiere hacer una película sobre la figura del músico y de aquella época mítica, vertiginosa e intensa, de la sociedad sumida en la euforia de las drogas, el sexo, la soledad, las fiestas y sobre todo la música como telón de fondo a finales de los años sesenta y principios de los setenta.
A través de las entrevistas que hace Richard a los distintos personajes que conocieron a Nick Drake, nos va sumergiendo los recuerdos no tan míticos y nos muestra a un Nikc humano, sensible, que lo que desea ante todo es dedicarse a su única pasión, la música, por lo que debe enfrentarse a la oposición de su padre al dejar los estudios.
Nos adentramos en la vida del músico a través de la visión de estos dos narradores subyugados por la muerte, por la persecución de fantasmas que, de manera más que simbólica, convierte en fantasmales sus propias vidas. 
Una novela con imágenes muy potentes, que nos descubre a ese músico maldito que deseaba la fama y que murió sin ser reconocido. Un personaje tímido, suave como lo denominan en alguna ocasión, con un terrible miedo escénico que necesitaba horas para afinar su guitarra, convirtiendo en desastre sus los conciertos. Sus canciones se hicieron famosas después de su muerte, gracias a un anuncio de televisión. Ahora es considerado un músico de culto, cuando en vida solo logró vender algunas copias de sus tres discos.

“Él era una esponja y le gustaba captar y descubrir nuevas visiones del mundo. Reflexionaba sobre los cambios que se producían y tomaba la iniciativa cuando algo le interesaba. Con los años se fue alejando por su propia voluntad hasta que decidió desaparecer. Fue su elección.”

Siempre nos preguntamos qué hay de verdad y de ficción en este tipo de novelas que giran sobre un personaje real. Nos cuenta Miguel Ángel Oeste que unos son inventados (Janet) pero otros son reales, que conocieron realmente a Drake. Richard está inspirado en el actor Heath Ledger, muy conocido por su interpretación en “Brokeback Mountain” o “El caballero oscuro”. Ledger quería hacer una película sobre Nikc Drake e incluso, antes de suicidarse lo que rodó fue un cortometraje basado en la vida del músico, con una de sus canciones “Black dog” en la que se habla de la depresión. El cortometraje lo protagoniza Ledger y aparece suicidándose, meses más tarde con veintiocho años, lo haría en la vida real.

-A tu lado siempre estaré sola. No puedes remediarlo. Es algo que está en ti.
No podía escribir.
¿qué coño significaba eso?

Por eso cada lector puede opinar que le apasiona o no, pero no le dejará indiferente esta nueva novela de Miguel Ángel Oeste, por mi parte considero que está escrita con  una voz propia, agilidad literaria, dónde se nota un concienzudo trabajo de investigación del que solo nos muestra algunos destellos necesarios para hacerla creíble.

Escuchar la música de Nick Drake mientras se lee la novela es todo un deleite, pincha aquí si quieres escuchar algunos de sus temas.


                                                                        Loli Pérez
                                                                  Punto y seguido


viernes, 13 de junio de 2014

TOCATA Y FUGA


             Echaba de menos a la gran ciudad donde podía desaparecer entre la gente. Se tapó con arena, corrió las cortinas, no limpió la puerta de entrada de la casa, renunció al trabajo, se refugió en el extremo del último muelle, no acudió a la cita, tomó un avión de ida y vuelta, dejó de pagar los impuestos y cuando sintió que nada lo ocultaba, por fin atendió al teléfono. 


Fotografía de Hossein Zare


                     AndreaVinci
Punto y Seguido

miércoles, 11 de junio de 2014

ICEBERGS, VACÍOS TEXTUALES, LECTORES COMPETENTES Y OTRAS COSAS POR EL ESTILO

Muchas veces he reflexionado sobre qué es lo que me lleva, como lectora, a preferir el género narrativo frente a otros géneros y dentro de este, por qué la lectura que más disfruto es la del relato corto, el cuento y por qué de entre toda la tradición cuentística prefiero los relatos contemporáneos. Hablo de autores muy diversos: Chéjov, Cortázar, Salinger, Askildsen, Carver, Lorrie Moore, Mrozek, Amy Hempel, Edgar Keret… (y todos los que me dejo y aún muchos por descubrir).

Sé que la respuesta se encuentra en el tipo de lectora que soy y, por lo tanto, me he aplicado a entender qué tipo de lector reclama el tipo de relato que me gusta y cómo lo hace. Debo aclarar que no sólo he leído muchos relatos sino también mucha teoría narrativa, así que me he aprovechado de los que han pensado sobre esto antes que yo y, con ellos, puedo decir que el lector de relato corto contemporáneo ha de ser un lector colaborador, que trabaja con el texto, que hace su parte (todo lector ha de hacerlo, pero el de este género disfruta mucho con ello, además). Creo que soy ese tipo de lectora.


Los teóricos de La Recepción (esta gente y otros que tuve que estudiar hace años en Filología me traían loca, en todos los sentidos), establecieron la importancia del lector, su papel activo,  para que se dé la obra literaria. Para ellos, los textos tienen una estructura objetiva que debe ser completada por el lector. El escritor construye esta estructura dejando espacios en blanco, elipsis de contenido, agujeros en el texto, que deben ser llenados por el lector mediante conjeturas, inferencias, presuposiciones, sobreentendidos, que son los que completan el significado del relato, su efecto. Como dice W.Iser (uno de los que me traía loca), el efecto “nace de la diferencia entre lo dicho y lo pretendido, de la dialéctica de mostrar y silenciar”. Por supuesto, para que se dé esta colaboración exitosa entre escritor y lector, no sólo el escritor del texto ha de tener competencia literaria, también el lector que lo actualiza. De ahí el disfrute del acto de la lectura como hecho comunicativo.

¿Por qué pienso que el relato corto contemporáneo requiere de este tipo de lector muy implicado? De nuevo encuentro colaboradores para mi respuesta, esta vez del lado de los escritores con teorías como la del iceberg de Hemingway, la del dato escondido de la que nos habla Vargas Llosa o la tesis de la apertura de Cortázar…fórmulas de escritura que juegan a dejar estos vacíos o agujeros en el texto para que, de alguna manera, el lector se vea obligado a rellenarlos para contar la historia a cuatro manos con el escritor.



En su Tesis sobre el cuento, dice Ricardo Piglia que "un cuento siempre cuenta dos historias. En el cuento clásico, el escritor narra una historia en primer plano y otra secreta en los intersticios de la primera, de un modo elíptico y fragmentario. Hay un efecto sorpresivo cuando al final del relato la historia secreta aparece en la superficie. También dice Pligia que la historia secreta es la clave de la forma del cuento. En el cuento más moderno el final sorpresivo no es tan importante ya que la estructura cerrada trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca, es decir, cuenta dos historias como si fueran una sola".

Señala Piglia que la teoría del iceberg de Hemingway "es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión. Hay que manejar la elipsis de tal manera que se note la ausencia del otro relato"
.
Vamos a oír la famosa teoría en palabras del propio Hemingway:
“Si un escritor en prosa conoce lo suficientemente bien aquello sobre lo que escribe, puede silenciar cosas que conoce y, el lector, si el escritor escribe con suficiente verdad, tendrá de esas cosas una sensación tan fuerte como si el escritor las hubiera expresado. La dignidad de movimientos de un iceberg se debe a que, solamente un octavo de su masa aparece sobre el agua. Un escritor que omite ciertas cosas porque no las conoce, no hace más que dejar lagunas en lo que describe”.
A propósito del iceberg de Hemingway dice C.Baker que “los hechos flotan sobre el agua mientras que la estructura de soporte, incluyendo el simbolismo, opera fuera de vista”. Y Zoe Trodd que “el lector debe sentir la historia entera y debe llenar los huecos vacíos dejados por las omisiones con sus sentimientos”. También Sholzfus: “Hemingway lleva al lector hasta el puente que debe cruzar solo, sin la ayuda del narrador”.

Tal vez en este punto, lo mejor es poner un ejemplo tomado de la narrativa del propio Hemingway, un microrrelato de seis palabras:

“Vendo zapatos de bebé, sin usar”.

Sin duda, no hay en esta breve frase nada de lo que todos estamos leyendo. El significado que hemos extraído debía andar por debajo del nivel del mar, en la enorme masa de significación contenida en lo no dicho que compartimos escritor y lectores.




Mario Vargas Llosa, hablando de la narrativa de Hemingway, hace también su aportación al asunto:

“(…) las mejores historias de Hemingway están llenas de silencios significativos, datos escamoteados por un astuto narrador que se las arregla para que las informaciones que calla sean, sin embargo, locuaces y azucen la imaginación del lector, de modo que éste tenga que llenar aquellos blancos de la historia con hipótesis y conjeturas de su propia cosecha. Llamamos a este procedimiento  el dato escondido (…) Hemingway no lo inventó, es una técnica vieja como la novela(…) es preciso que el silencio del narrador sea significativo, que ejerza una influencia inequívoca entre la parte explícita de la historia, que esa ausencia se haga sentir y active la curiosidad, la expectativa y la fantasía del lector(…)”.

Podemos aplicar estas hipótesis a algún relato de alguno de los escritores que mencioné al principio. Pongamos Salinger y su famoso cuento Un buen día para el pez plátano. Recordemos, por ejemplo, el diálogo telefónico entre la madre y la hija a propósito del protagonista, Seymour Glass. Ese diálogo tan lleno de cháchara al principio del relato, tiene más agujeros que la bufanda tejida por un principiante de la calceta y, sin embargo, cuánta información propicia en la mente del lector para leer la historia subterránea que en realidad está contando Salinger. Y así podríamos seguir con el texto completo.

Carver también utiliza el procedimiento de la poda y la elipsis en su literatura de prosa lacónica y requiere la participación activa del lector. Dice Richard Ford que Carver es especialista en “dejar las cosas al filo, como prendidas con alfileres”, que sus relatos son “la primera piedra de un derrumbe o una transformación”.  Y Robert Altman opina que sus relatos “tratan más de aquello que no sabemos que de lo que sabemos, y el lector va llenando las lagunas mientras reconoce un murmullo subterráneo”. La narrativa de Carver es, por tanto, un buen campo de batalla para hacer el master de lector competente en rellenar vacíos textuales. No tiene más que seguir ese murmullo subterráneo que brota de sus relatos.

Por último, siguiendo con esto de los relatos que cuentan bastante más que la historia que cuentan, también voy a esbozar la tesis de la apertura del relato de Cortázar, una apertura que se produce a partir de la condensación y la síntesis (y que también requiere de la colaboración del lector). Dice Cortázar que “el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acontecimiento que sean significativos, que no solo valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucho más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento(…) El cuentista sabe que no puede actuar acumulativamente, que no tiene por aliado al tiempo; su único recurso es trabajar en profundidad, verticalmente, sea hacia arriba o hacia abajo del espacio literario (…) El tiempo del cuento y el espacio del cuento tienen que estar condensados, sometidos a una alta presión espiritual y formal para provocar esa apertura”.


Y es por todo esto que creo que me gustan los relatos cortos contemporáneos, porque me permiten conversar con los autores, colaborar con ellos de igual a igual, sentir que soy tan  imprescindible para sus historias como lo son ellas para mí.


Inmaculada Reina
Punto y Seguido

(Fotografías tomadas de Internet)

lunes, 9 de junio de 2014

HERMOSA JUVENTUD

En general, entre los temas tratados por el cine español suele existir el raro consenso de no recurrir a temas de actualidad. Si se echa un vistazo a la cartelera de este año o de años anteriores encontraremos, Blancanieves, trileros, brujas de Zugarramurdi, artistas y modelos, grupos siete, caníbales, heridas…, pero poca actualidad. En algunos casos, se toman prestados detalles de la actualidad, la evasión de impuestos, el paro, la corrupción, las estatuas humanas, pero más que nada como elemento anecdótico, de simple ubicación de las historias, o de caracterización de personajes, nunca como un intento de reflejar esa realidad. Si nos atenemos a la crisis ―ya estamos otra vez con lo mismo― actual, aparte del documental Mercado de Futuros, Mercedes Álvarez, 2011, no he encontrado ni una sola película de ficción que se haya acercado a este tema, admitiendo, eso sí, que la crisis está presente en nuestro cine, no por temática, sino como consecuencia de ella: aumento de primeras películas, argumentos concentrados en pocos actores, pocos decorados, pocos días de rodaje, pocos efectos especiales, música mínima, fotografía sin excesos, producciones entre amigos, familias, compañeros de facultad, socios de la web, etc. Por todo esto, hay que saludar el estreno de una película como Hermosa Juventud, Jaime Rosales, 2014, que aparte de sus logros estéticos y temáticos, tiene el valor y la osadía de poner en primer plano las consecuencias de esta situación, que bajo el manoseado epígrafe Crisis Económica, está teniendo un efecto devastador en la juventud española con un 53% de parados, a la cabeza de nuestra gloriosa Europa.


Así resumido en pocas palabras, parecería un tostón de película, un alegato infumable solo digerible por los muy concienciados, los raros o por los últimos mohicanos del antiguo cine militante, pero no es así. Aparte de ser una película única en nuestro panorama de actualidad, es también una película hermosa y necesaria, una película capaz de plantear con emoción y sin maniqueísmos ni paños calientes, ese lugar al borde del abismo al que han llevado a nuestra juventud, sin duda, con nuestra colaboración necesaria. Bastaría esa primera escena ―la madre de la protagonista, entra en su habitación y, después de subirle las persianas, le pide que se levante, que son las dos de la tarde, a lo que Natalia, Ingrid García Jonsson, con la cabeza bajo las mantas responde: Para qué. No tengo nada que hacer― para situarnos en el terreno de los desposeídos, de los sin sueños ni perspectivas. Es tan real, que asusta, tengo hijos de esa edad y sé de qué hablan.  Hay delicadeza en el dibujo de los personajes, un tratamiento hecho desde la comprensión que evita el dramatismo, la fatalidad, el señalar culpables. Los momentos de intimidad también son retratados bajo esa sutileza, como en la escena del porno, o el primer plano de  Carlos, Carlos Rodríguez, besando a Natalia, mientras le dice: cuando tenga dinero te compraré una casa en la playa, o la escena en que discuten porque ella quiere emigrar a Alemania, y él quiere saber si lo quiere. Al día siguiente, Carlos le regala un manual para aprender alemán.

La película no plantea soluciones, a través de una historia mínima, expone la situación de miles de personas en la España de hoy, de ahora mismo. De nuestros hijos, de los hijos de nuestros vecinos, de los de nuestros amigos, de los miles de hijos descolgados del sistema que sobreviven con trabajos de mierda a 10€ /día y, a veces, ni siquiera eso. Quieres creer en su fuerza para cambiar las cosas, en su ímpetu de juventud para empezar desde la nada, pero te sientes culpable por tener un empleo, una casa, un coche, por tener 8€ para el cine y otros 8€ para tomar unas cervezas. Porque ves a esta, nuestra hermosa juventud, perdida en la interminable carcajada de los mercados, de los Efe Eme I, los banqueros, los gobiernos, las agencias de calificación, que no solo reducen a cenizas su presente, sino que ocultan cualquier posibilidad de futuro bajo una montaña de baboserio repugnante.





Punto y Seguido

viernes, 6 de junio de 2014

EL COFRE DEL HOMBRE MUERTO





EL COFRE DEL HOMBRE MUERTO



A Manuel le gusta vivir como si fuera otro, sentarse junto a la ventana y contemplar la calle desde arriba. Hoy hace terral. El aire viciado por el tráfico y los humos de Carretera de Cádiz penetra por el cierre de aluminio meciendo las cortinas, y es como si el verano penara por el pasillo como una santa compaña. A Manuel le gusta el sonido del tráfico. Le recuerda otras épocas, de trabajo, de prisas, y también de amores fugaces y arrepentimiento. Ya no queda nada de lo que arrepentirse si no es de no haber vivido más, de no haber saltado desde el quinto piso y haberse estrellado contra la feliz arquitectura de lo efímero.


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miércoles, 4 de junio de 2014

VOLVER A BAILAR












VOLVER A BAILAR   



Málaga,  27 de Enero de 2014




Querido hijo,




         La calle no había estado tan animada desde las antiguas verbenas de San Juan. Me divertía saludar a los vecinos que hacían cola en la puerta de la casa de Matías. Todos octogenarios. Buenos días. Buenos días. Buenos días. Y así, hasta quince antes de doblar la esquina y subir la cuesta de los Dolores donde a esa hora siempre había alguien que preguntaba qué se vendía en esa casa. Ya había escuchado varios disparates al respecto, que si era un prestamista, un contrabandista de tabaco, etc. ¡Qué locura, a su edad y con unos valores tan firmes!, respondía yo. Pero sentía curiosidad, Francisco. Por eso la mañana del dos de enero, cuando más fuerte caía la lluvia, cogí el paraguas de tu padre, guardé prudentemente la cola, y entré en esa casa a ver qué se cocía allí.


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lunes, 2 de junio de 2014

A LA VELOCIDAD DE LA LUZ





Como os prometimos, durante las tres próximas entradas vamos a publicar los relatos premiados en el XIV certamen dime que me quieres. Podéis leer el primer párrafo y acceder al archivo completo picando un enlace. Esperamos que os gusten.




A LA VELOCIDAD DE LA LUZ



Llevaba meses bloqueada. No conseguía avanzar en el libro de relatos que estaba escribiendo. Tú te enfadabas cuando me quedaba trabajando hasta la madrugada. Discutíamos sin mucho afán y te marchabas de mal humor dando un portazo. Creí que alejarme de ti, me permitiría poner mis ideas en orden, y podría centrarme en terminar el libro.

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