jueves, 26 de diciembre de 2013

...Y FUERON FELICES


…y Blancanieves consiguió apoderarse del espejo. Se encerró con él en su dormitorio, lo apoyó sobre la cama y se tendió desnuda sobre el frío cristal.
El espejo permaneció impasible y sólo cuando Blancanieves se detuvo a contemplarse, una tímida sonrisa se le dibujó en el vaho adherido a su superficie.







... y el joven flautista, harto de la chillería y barrabasadas de los niños, envió un correo al Alcalde de Hamelin indicándole el lugar exacto de la cueva:
          ―Por favor ―suplicó al Alcalde―. Llévenselos cuanto antes.
         Un par de horas más tarde, la cueva fue asaltada por un ejército de ratas famélicas.





…y Cenicienta se cansó de los zapatos de cristal y acudió con el príncipe a comprarse unas camperas. En un extremo del mostrador vio a sus hermanastras probándose unas alpargatas de esparto y sintió nostalgia de sus días de fregona. Como hablando para sí  misma, susurró al príncipe:
            ―Qué suerte tienen algunas.





Fotos: Francesca Woodman


Miguel Núñez Ballesteros

Punto y Seguido

lunes, 23 de diciembre de 2013

LA (DOBLE) VIDA DE ADÉLE



Hace un par de sábados vi en el Albéniz La vida de Adéle. Ustedes ya sabrán de qué va la peli, ha habido un gran revuelo con las escenas de sexo explicito y con el intercambio de acusaciones entre su director,  Abdellatif Kechiche, una de las actrices y algún que otro periodista. Pero la peli es estupenda, no se la pierdan. Está bien contada, magníficamente interpretada y te llega, o por lo menos a mí me llegó. Quiero decir que habla de algo tan amplio y a la vez tan concreto, tan vulgar y a la vez tan elevado, como el amor. Sí, es una peli romántica, no típica romántica de las románticas de toda la vida, sino romántica auténtica, de las de verdad de cualquier época, ciudad o sexo. Lo que les decía, que habla de amor, del descubrimiento, esplendor y herida del amor. Porque tiene tres partes, o capítulos, donde transcurren unos pocos años de la vida de Adéle.





La adolescencia es el descubrimiento. Vemos a Adéle correr hacia el autobús de su instituto, la vemos en clase con las amigas, o en un cuarto follando con su novio. La vemos comer, fumar, dormir, ir a manifestaciones, rehacerse continuamente su cola de caballo. El descubrimiento es Enma, la chica del pelo azul. Y con Enma llega el esplendor en la hierba, el éxtasis, la complicidad, el abandonarse a y el refugiarse en. La plenitud. Por último está la herida: la mentira, la ruptura, la lucha para que nada cambie, por atrapar el amor. Después la aceptación y el recomponerse.



La cámara sigue a sus actrices, registra cualquier gesto o mirada, está siempre vigilante. Adéle, Adèle Exarchopoulos, se presta, parece indefensa, ¿la actriz? es la virgen en la pira del sacrificio a punto de inmolarse ante nuestros ojos, ¿el personaje? Es difícil separar a las dos Adéles. También se presta  Enma, Léa Seydoux, aunque es a Adéle a la que más busca la cámara. Enma tiene sus recursos, sus normas establecidas que la protegen y le permiten crear un escudo ante nuestra mirada y nuestras opiniones.


Al igual que Diane Keaton en Annie Hall, o Romy Schneider en Lo importante es amar, o Ingrid Bermang en Te querré siempre, películas donde se funden y confunden actriz y personaje, donde sería difícil separar qué parte de sus actuaciones corresponden al personaje que interpretan y qué a la propia realidad de la actriz en el momento de interpretarlo. El personaje interpretado Adèle Exarchopoulos se mantiene en la misma línea de exigencia y de simbiosis, de anular para crear o también, por qué no, de crear a partir de la propia experiencia.


Vemos crecer a Adéle y no sabemos cuál de las dos, actriz o personaje, es la que crece. La vemos gozar, sufrir, mentir, llorar, extasiarse y nunca reconoceremos a la auténtica. Es un juego peligroso, un salto al vacío sin vuelta atrás del que solo una de las dos, la única, saldrá recompensada de la experiencia, con las heridas ya cicatrizadas, dispuesta a empezar una nueva vida o una nueva película. 


Vemos a Adéle alejarse calle abajo, sola, dándole la espalda a aquellos cuadros que la retrataron en otra época, la Adéle que solo fue por unos años, meses u horas, un tiempo que ha dejado de pertenecerle. 


Miguel Núñez
Punto Y Seguido

jueves, 19 de diciembre de 2013

ENTRELAZADOS

El pasado viernes 13 de Diciembre, tuvo lugar en Antequera, la presentación del libro de relatos Entrelazados, segundo proyecto de la asociación literaria antequerana "Alas de Papel".



Entrelazados recoge un total de veintitrés relatos, siendo el último de ellos, mi relato Hermanos, que resultó ganador del Primer Premio del I Certamen de relatos María Carreira el pasado mes de junio.

De los miembros de Punto y seguido sólo acudimos en esta ocasión Inmaculada Reina y yo. Llegamos puntuales, tras una larga caminata por las calles antequeranas, al bar-cafetería Santisteban 18, donde tuvo lugar la presentación. Allí nos recibieron muy cariñosamente todos los miembros de Alas de Papel, con los que ya hemos coincidido en varios eventos. 

El patio de Santisteban, que por las fechas y las temperaturas, se encuentra techado y acondicionado con estufas, se encontraba repleto; tanto, que a Inma y a mí nos costó encontrar un lugar donde sentarnos a tomarnos el descafeinado y la Coca Cola, (con mucho hielo), que pedimos en la barra.

Isabel Merino e Inmaculada Reina
Presentación del libro Entrelazados

María José Amador, miembro de Alas de Papel, nos presentó a Jesús Artacho, un joven escritor de Cuevas Bajas, que acaba de autoeditar su primer libro de relatos, El rayo que nos parta, (dará que hablar y le dedicaremos una entrada próximamente), y que resultó finalista en el ya mencionado I Certamen de relatos María Carreira. Con él estuvimos hablando de su libro y de nuestros respectivos proyectos, hasta que comenzó la presentación. El aforo estaba más que completo y el público se mostraba bastante entusiasta.

Inmaculada Reina con Jesús Artacho

En primer lugar tomó la palabra Antonio García, en nombre de la editorial ExLibric, una editorial antequerana con una corta vida pero un bagaje importante, que parte de una experiencia densa de innovación y cualificación. En cuanto a la publicación de Entrelazados, comentó que era un proyecto que le resultó bastante interesante desde el principio, ya que el libro tenía además el valor añadido de contar con autores que han sido premiados en varios certámenes literarios. Ha sido editado con una celeridad tremenda y el proceso ha sido bastante intenso, dijo. El diseño de la cubierta es un diseño que no cansa, añadió, mostrando un ejemplar. 

En segundo lugar, María José Amador, en nombre de Alas de Papel, leyó un discurso que comenzó destacando la incondicionalidad de ExLibric, y que terminó agradeciendo a los miembros de su grupo y al público el apoyo que les viene proporcionando. En cuanto a la estructura del libro, comentó que son relatos cortos y dio las gracias a Alice Munro por devolver este género al pedestal del que no debieron bajarlo nunca. Este libro es una caja de bombones con distintos envoltorios, dependerá del paladar de cada uno elegir cuál es su favorito, dijo. Para escribir sólo hace falta tener algo que decir y decirlo.

Salvador Rivas, director de Alas de Papel, hizo los agradecimientos pertinentes, y habló de las reuniones del grupo y de la planificación y gestación del libro. Soy un obsesionado de los plazos y de todo, comentó. Existe una manera de hacer cultura cotidiana. Modesta. Sólo se necesita disposición personal, esfuerzo y voluntad de compartirla. Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada.

Alas de Papel e Isabel Merino
Presentación del libro Entrelazados

Una vez concluido el acto, brindamos con champán por Entrelazados, un libro de relatos que, al igual que sus autores, no parecen tener nada en común, pero, como en un juego, retan al lector para que descubra el nexo que los une. 

Inmaculada Reina, María José Amador,
Fanny Beaudoin e Isabel Merino.


Punto y seguido



Fotografías: Isabel Merino



viernes, 13 de diciembre de 2013

BLUE JASMINE: RETRATO DE UNA NEURÓTICA


He ido a ver la última de Woody Allen como últimamente voy a ver las últimas de Woody Allen, es decir, con el miedo a descubrir que el abuelo ha vuelto a hacer una trastada o ha tenido una nueva ocurrencia. Pero no, esta vez mi admirado director no ha hecho una Vicky, Cristina, Barcelona. O al menos así me lo parece.



Blue Jasmine es el retrato de una neurótica de manual. No me cabe duda de que Allen y Blanchett han disfrutado de alguna neurótica en su vida y de que la han observado con detenimiento. La Jasmine de mirada enrojecida a punto de estallar, echando mano a cada rato, casi sin ser consciente, de la botella de vodka o el tarro de las pastillas, rodeada de Vuittons venidos a menos, está dibujada espléndidamente por Allen e interpretada maravillosamente por Blanchett.



El retrato del personaje está tan medido y la interpretación es tan sobria que, sin caer en la caricatura en ningún momento, vemos aparecer ante nuestros ojos aquella neurótica que hizo peligrar nuestro mundo, que no sabía mantener un trabajo pero que criticaba el nuestro, que no soportaba la mínima frustración cotidiana y estaba a punto de hacer algo grave pero perfectamente maquillada y vestida, la histérica que crees que se va a derrumbar y hace una pirueta en plena caída y se dedica al interiorismo y encuentra otro hombre que la quiera. Siempre me he preguntado por qué tienen este tipo de mujeres tal afición por la decoración y los anticuarios y también cómo hay hombres tan ciegos a la amenaza que constituye una mujer así.



Vi la película en versión doblada, cosas que ocurren, por lo que me resisto a dar una opinión completa sobre la interpretación de los actores que dan vida a los personajes que en el San Francisco de la película coexisten con Jasmine. Supongo que en versión original tendrán más gracia los chistes y gags  que aquí doblaron con un acento barriobajero que no existe, salvo en el baúl de los doblajes antiguos y raros. A pesar de ello me los creí a todos, más que a ninguno a Ginger, la atónita, sufrida, alegre y real hermana de Jasmine. Y, sobre todo, me compadecí de todos ellos por tener que soportar, sin matarla, a la neurótica que les ha tocado en suerte y que, desde su desequilibrio, arrasa con todo.


Me gustó la película y me gustó el final. Con frecuencia prefiero que ganen los personajes secundarios.



Inmaculada Reina
Punto y Seguido

lunes, 2 de diciembre de 2013

5ª EDICION DEL FESTIVAL Ñ DE LITERATURA


Este año pude asistir a la 5ª Edición del Festival Eñe de literatura con  Andrea Vinci, asistimos a muchas de las conferencias que se ofrecieron y nos perdimos otras tantas. Os dejo un resumen de algunas de las que tomé notas.

Juan Eslava Galán y Santiago Posteguillo “En busca de la esencia a través de la historia”



Aunque a algunos les pueda parecer extraño, para llegar a conocer la esencia del ser humano (objetivo y tema principal de las grandes novelas),  a veces hay que arrancarle el disfraz con que la actualidad nos lo oculta. Desprovisto de toda la parafernalia tecnológica con la que se distrae de la tarea de observarse, el hombre queda diáfano a la altura del lector.
En la novela histórica muchas veces el equilibrio entre el peso del personaje y la trama o la ambientación son importantes. En Memorias de Adriano, Margarite Yourcenar solo toma del personaje lo que le gustaba de él y lo engrandece al máximo, obviando todo lo negativo el lado histórico   de este personaje.  En la novela histórica es importante el equilibrio entre la ficción y lo histórico, suele ser difícil trazar la línea que los separa.
Escribir una novela histórica es como hacer un edificio. Hace falta una arquitectura, un andamiaje, unos planos a seguir.  Estos son la documentación, la investigación que hay que hacer antes de empezar, las fichas de personajes, pero si se quiere aplicar todo lo que se ha investigado, la novela corre el riesgo de convertirse en un plomazo. Que no se note el andamiaje y los datos históricos sean lo más exactos posible son puntos a tener en cuenta. El lector de novela histórica quiere aprender mientras se deleita y a muchos les interesa saber qué hay de verdad o ficción en la trama.
Hoy en día el lector guarda en su retina muchas imágenes de películas, por eso hoy no son necesarias las grandes descripciones como en las novelas del siglo diecinueve. En el cine se va combinando acción y reflexión y la literatura ha copiado este estilo para este género. Son muy importantes los detalles de la época, por ejemplo no se puede poner a unos monjes plantando tomates antes de la fecha del descubrimiento de América.
En la novela histórica se busca como sorprender al lector, tarea cada vez más ardua,  por eso hay que busca el ángulo inesperado, es decir poner la cámara dónde no se ha puesto aún, buscar con la imaginación formas distintas de narrar,  por ejemplo en las carreras de cuadrigas de Ben Hur,  se puede narrar desde el punto de vista de los caballos que son los protagonistas que están dentro de  la acción.
Los tipos de narrador también ayudan a contar la historia de una forma u otra, en narrador en primera persona tiene la fuerza de la empatía, pero cuesta abarcar todo lo que se quiere contar. Sin embargo el narrador en tercera persona es estupendo para las novelas corales que van saltando de una acción a otra, es fundamental acertar con el tipo de narrador para la historia que vamos a contar.



Lara Moreno, Alberto Marcos, Llucía Ramis y Javier Morales Ortiz: “Voces nuevas ¿a contracorriente?”

Pese a las voces que auguran el final de la ficción como la entendíamos y solo le dan posibilidades de futuro a las tele series y los vídeo juegos, hay quienes siguen eligiendo la novela y el cuento como la forma de expresión más adecuada para canalizar su afán narrativo. Es el momento de escuchar las nuevas voces que vienen, para algunos, a contracorriente y, para otros, llevados por la corriente más poderosa.
Tenemos tendencia a creernos lo que vemos escrito, escribir una novela es como estar enamorado, como una locura temporal, somos más felices pero nos volvemos neuróticos. El escritor escribe porque prefiere aislarse antes que relacionarse. Suele ser una persona insegura, tímida, egocéntrica… En las redes sociales se tiende al exhibicionismo,  por favor que venga alguien a la presentación de mi libro. Un lugar dónde todo el mundo puede ser famoso, l pero no reconocido, porque no nos leen. A través de las redes sociales se pone el nombre en el mapa. Tal como están los medios hoy en día es muy difícil que entrevisten a un autor nuevo, a no ser que le hayan concedido un premio, le conoce un círculo de gente muy reducido. Hoy en día hay que perder la timidez y ser el vendedor de tus propios libros. Las editoriales independientes de valen mucho de las redes sociales para publicitarse.





Javier Reverte y Andrés Amorós: “Viajes, crónicas e impresiones”


 Viajar y contarlo por escrito después no es ni mucho menos cosa de hoy. Lo hizo Marco Polo, lo hizo Cervantes en la voz de Don Quijote y lo siguen haciendo los escritores de hoy porque sirve para comprender mejor la realidad y  para hacer viajar al lector sin salir de casa. Uno de los grandes viajeros de la literatura española fue Ramón Pérez de Ayala, cuyas imprescindibles crónicas acaba de recopilar Adrés Amorós.

“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”  Lao-tsé

Para hacer una buena crónica viajera hay que fijarse en el entorno con una mirada ingenua y sobre todo con sentido del humor. Hay que aprender a reírse de uno mismo, así habrá para reírse toda la vida.

Si os apetece leer más sobre el Festival Eñe podéis visitar mi blog Cafeteando Loli 2.0

                                                                                   Loli Pérez
                                                                                  Punto y Seguido