lunes, 23 de mayo de 2016

Прохода нет (No Pasar)





Te hemos visto rondando por los alrededores al amanecer. Examinando los viejos carteles de advertencia que, repartidos por todo el perímetro, alertan en diferentes idiomas y antiguas lenguas muertas. Harás caso omiso y no tardarás en encontrar una abertura en el alambre de espino por la que adentrarte. Vagarás sin rumbo por la espesura hasta encontrar el sendero que, flanqueado por milenarios árboles muertos, lleva hasta la casa. Lo recorrerás en penumbra, bajo una bóveda siniestra de ramas secas y enmarañadas, apenas atravesada por unos débiles haces de luz solar.
En algún momento te extrañará el silencio, la ausencia de pájaros, reptiles o roedores, que se pueden encontrar por toda la región, pero aquí no. Mirarás a tu alrededor desconcertado y notarás el suelo esponjoso bajo tus pies. Tal vez te agaches, tomes un puñado de tierra húmeda y la frotes entre los dedos como buscando un indicio, y al bajar la vista, descubrirás los gusanos, cientos de cuerpos gelatinosos retorciéndose, buscando volver a ocultarse. Te limpiarás en alguno de los troncos cubiertos de musgo ocre y descubrirás miles de pequeñas arañas que, como si se tratasen de un único organismo, se moverán al unísono para intentar subir por tus dedos. Apartarás la mano, sobresaltado, y te alejarás tratando de mantener el equilibrio sobre un suelo cada vez más blando y movedizo, como si lo que pisases y donde se hunden tus pies, fuese la piel viscosa de una criatura viva.
Tarde o temprano, te detendrás frente al muro de niebla, mirarás atrás y lo atravesarás a tientas. Saldrás a la explanada de la casa, y frente al pórtico principal, confirmarás su lamentable estado de abandono. Recorrerás la galería con el crujir de la madera a cada pisada y te asomarás a las ventanas cerradas, intentando vislumbrar algo más allá de los mugrientos visillos. Detrás de la casa, sobre una montaña de correo sin abrir encontrarás el buzón que una vez estuvo en la entrada a la propiedad. Rebuscarás entre los sobres amarillentos y los viejos paquetes atados con cuerdas. Leerás los nombres emborronados, las direcciones indescifrables y las fechas de otro siglo en los matasellos, pero no te atreverás a romper ni uno solo de los sellos de lacre. Volverás al pórtico principal y frente a la puerta dudarás un instante, y será el desagradable olor que se escabulle por las rendijas lo que te hará decidirte a llamar. Y te abriremos.


Mauricio Ciruelos Gutiérrez
Punto y Seguido

Retoque fotográfico basado en una
fotografía original de Inmaculada Reina

9 comentarios:

  1. te cagas por la pernera.
    muy bueno, mauricio ciruelos.

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  2. Gracias Miguel, me alegra mucho que te asuste y que te guste.

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  3. Un breve relato, que cautiva el interés desde el primer instante y provoca leerlo despacio, como para que dure más la lectura o como tratando de no ser sorprendidos (por lo que sea que vaya a salir) en este lúgubre escenario y de atmósfera tensa donde se desarrolla la historia. Y juro que llegué al último renglón de esta obra con el corazón arrugado.

    Pd. Qué bien escriben estos fantasmas.

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  4. Gracias Juan Carlos, por leerlo despacio y dejarte atrapar por la atmósfera de la historia. Desde que en Ghost aprendieron a teclear, mira tú hasta donde han llegado, dandole al teclado, los fantasmas.

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  5. Me ha encantado Mauri, sobre todo el final esclarecedor. Un abrazo!

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  6. Gracias Eugenia, espero que te hiciera sentir un escalofrio ese final. Me alegra verte por aquí

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  7. Arderás en el infierno por este relato escalofriante y profético.

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  8. Espeluznante y hermoso. Gracias Mauricio!

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  9. Gracias a ti, Paola, por esos dos calificativos, aparentemente contradictorios, con los que describes el texto. Gracias!

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