viernes, 13 de diciembre de 2013

BLUE JASMINE: RETRATO DE UNA NEURÓTICA


He ido a ver la última de Woody Allen como últimamente voy a ver las últimas de Woody Allen, es decir, con el miedo a descubrir que el abuelo ha vuelto a hacer una trastada o ha tenido una nueva ocurrencia. Pero no, esta vez mi admirado director no ha hecho una Vicky, Cristina, Barcelona. O al menos así me lo parece.



Blue Jasmine es el retrato de una neurótica de manual. No me cabe duda de que Allen y Blanchett han disfrutado de alguna neurótica en su vida y de que la han observado con detenimiento. La Jasmine de mirada enrojecida a punto de estallar, echando mano a cada rato, casi sin ser consciente, de la botella de vodka o el tarro de las pastillas, rodeada de Vuittons venidos a menos, está dibujada espléndidamente por Allen e interpretada maravillosamente por Blanchett.



El retrato del personaje está tan medido y la interpretación es tan sobria que, sin caer en la caricatura en ningún momento, vemos aparecer ante nuestros ojos aquella neurótica que hizo peligrar nuestro mundo, que no sabía mantener un trabajo pero que criticaba el nuestro, que no soportaba la mínima frustración cotidiana y estaba a punto de hacer algo grave pero perfectamente maquillada y vestida, la histérica que crees que se va a derrumbar y hace una pirueta en plena caída y se dedica al interiorismo y encuentra otro hombre que la quiera. Siempre me he preguntado por qué tienen este tipo de mujeres tal afición por la decoración y los anticuarios y también cómo hay hombres tan ciegos a la amenaza que constituye una mujer así.



Vi la película en versión doblada, cosas que ocurren, por lo que me resisto a dar una opinión completa sobre la interpretación de los actores que dan vida a los personajes que en el San Francisco de la película coexisten con Jasmine. Supongo que en versión original tendrán más gracia los chistes y gags  que aquí doblaron con un acento barriobajero que no existe, salvo en el baúl de los doblajes antiguos y raros. A pesar de ello me los creí a todos, más que a ninguno a Ginger, la atónita, sufrida, alegre y real hermana de Jasmine. Y, sobre todo, me compadecí de todos ellos por tener que soportar, sin matarla, a la neurótica que les ha tocado en suerte y que, desde su desequilibrio, arrasa con todo.


Me gustó la película y me gustó el final. Con frecuencia prefiero que ganen los personajes secundarios.



Inmaculada Reina
Punto y Seguido

5 comentarios:

  1. Teníamos que haber festejado ¡la entrada Nº 100!!!

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  2. puntualización 1
    se está convirtiendo en un lugar común el citar a vicky, cristina, barcelona, cada vez que se menciona a una mala película de woody allen. a mí no solo no me parece una mala película, sino, que sin ser una maravilla, está en ese punto intermedio de films que sin llegar a obras redondas, resultan interesantes, divertidas, ingeniosas,…, las del tipo poderosa afrodita, midnight in parís, celebrity, granujas de medio pelo medio, alice, ... las que sí me parecen malas de verdad y nunca se mencionan son, a roma con amor, scoop, todo lo demás, un final made in Hollywood, (no conozco el puente de cassandra pero tengo entendido que es de aupa) …, y saltando a la prehistoria ese monumento a la pomposidad que fue interiores.

    puntualización 2
    respecto al personaje de la hermana de blue jasmine, no solo no me parece encantador, si no que creo que se trata de una mema absoluta.

    puntualización 3
    muy buena crónica inma reina.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Jajajaja, Miguel, me encantan tus puntualiza iones. estoy de acuerdo con casi todo, menos en lo de Vicki, Cristina, Barcelona...
      En cuanto a Ginger ¿dónde he escrito que sea encantadora? Sólo he puesto que es real, atónita, sufrida y alegre, lo cual no está reñido con ser mema...
      En cuanto a la última puntualización, no te la voy a discutir. Gracias.

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  4. a mí una de las cosas que más me gustó de la película es la capacidad de Jasmine de vivir en la mentira, haciéndose la idiota, como que no veía nada, y cómo pensaba en su interior que eso era la verdad, que así se debía vivir y que otras personas podrían soportarlo. Creo que es una neurótica boderlain.

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