miércoles, 28 de mayo de 2014

LA MUERTE DE MÖEBIUS




M.Escher

pisó el freno, pero era demasiado tarde. Todo el día divagando en círculos. De casa al trabajo, del trabajo a casa, limpiar la piscina, cortar el césped, cambiar una bombilla, llevar a los niños al tenis, la barbacoa del domingo, contratar el castillo inflable.

En aquel instante quiso dar un vuelco a su vida. Entró demasiado rápido en la curva —¡Dios!— exclamó, 




         Pedro Rojano
 Punto y Seguido

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