lunes, 11 de agosto de 2014

BEGIN AGAIN

Dicen que con Begin Again, John Carney, el cineasta irlandés , ha hecho otra vez Once,su película del 2006, pero con más presupuesto. No estoy de acuerdo. Sí, va de personajes derrotados, va de amor y desamor, va de pasión por la música, va de esperanza en la vida cuando tropiezas con gente auténtica. Y hay canciones, muchas canciones, canciones emocionantes.



Pero hay diferencias. Once, narrativamente,  es más sencilla. El relato sigue un orden cronológico y apenas deja margen a los recuerdos salvo en los diálogos y en una colección de bonitas imágenes de su ex que el protagonista se permite visionar en su portátil. Begin Again es más compleja; comienza “in media res” tres veces, con diferentes puntos de vista y resume los antecedentes de los protagonistas en dos flashbacks.
Once termina la historia que ha unido a los protagonistas y deja el final abierto a que imaginemos que les va a ir bien a ambos. En eso sí se parece a Begin Again, pero aquí hay una sorpresa o un plus, en forma de ventanita abierta junto a los títulos de crédito, que cuenta el final de otra protagonista de la película, la música. Me encantan las películas que te regalan un poco más cuando ya han terminado porque soy de esas personas que necesitan salir de la ficción paulatinamente, no me conformo con dejar de golpe y porrazo ese mundo en el que estado sumergida




En Once vemos Dublín de fondo, en Begin Again,  Nueva York, pero no son ni el Dublín ni el Nueva York de las guías turísticas. En Begin Again, los protagonistas son más guapos y, sobre todo, más conocidos que en Once. Pero aún así, parecen gente común. Keira Knightley es como una Audrey Hepburn menos gacela, con la coleta un poco mal hecha y Mark Ruffalo como un Marlon Brando menos intimidante, el pelo más revuelto y la ropa más arrugada. Aún así, llenan la pantalla con su atractivo y sus interpretaciones de Gretta y Dan, dos perdedores a los que les une el azar y la música. Gretta nos conmueve tirando de su maleta por Nueva York, una ciudad que no es la suya, (¿hay algo más frágil que una jovencita tirando de una maleta por mitad de la ciudad?) y Dan lo hace marcándose un “simpa” con su hija adolescente (¿hay algo más conmovedor que un madurito interesante sin un duro en el bolsillo?). Desde este punto de partida, la música lo llena todo y las cosas solo van a mejor, pero no lo voy a contar.




¿Qué más puedo decir? Que me ha gustado. Venía de una semana de perros y salí del cine con la sonrisa puesta y un rumor de música agradable en mi cabeza. ¡De buen rollo, vaya!


Inmaculada Reina
Punto y Seguido

2 comentarios:

  1. Recién llegada de Nueva York, necesito sumergirme de nuevo en la magia de esta ciudad, así que sin duda, iré a verla, además con dos actores que me encantan y una música que sin duda, formará parte de mi banda sonora particular.

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