Lazos carnales
Férula
se mantenía siempre ocupada para no pensar. No pensar en el desastre que era su vida. Cuando Clara la abrazó aquel
primer día y le dijo: seremos como hermanas, siempre estaremos juntas. Se
sintió amada, ufana, radiante y bienaventurada. Temía del carácter brusco y
posesivo de su hermano. Era consciente de que tendría que partir en cuanto él descubriera
el nexo secreto que las unía. Fue cautelosa y reservada, pero no lo suficiente. Y cuando él las descubrió aquella noche durmiendo juntas, la expulsó de su vida, de su casa, de la ventura y la fortuna de las que
había gozado hasta entonces. Partió en
silencio, triste y avergonzada. No temía por la soledad ni por la miseria, tan solo la atormentaba la certeza de no poder
estar a su lado. No poder despedirse de ella en su último día. Clara presintió
su muerte y atrajo el espíritu de Férula hasta la sala de su casa. Allí rodeada
de la familia le brindó la más tierna despedida. Después maldijo a su marido y
le espetó: Vístete, tu hermana ha muerto.
Con motivo del MaF (Málaga en festival) previo al festival de Cine, ha habido infinidad de eventos y actividades desde el 20 de Marzo hasta el 16 abril. El grupo de escritoras Costureras de letras del Puerto de la Torre me invitó a participar con ellas en la lectura de micros inspirados en novelas escritas por mujeres y llevadas al cine. Escribí sobre este fotograma de la película homónima de la novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus. De esta novela guardo un especial recuerdo, ya que después de años sin poder leer, volví a retomar el hábito de la lectura gracias a ella.
©Loli Pérez
Punto y Seguido
Una buena apuesta, una historia narrada sin huecos sobre el amor y los condicionantes sociales. Me ha gustado.
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