Acabo de terminar de leer Zona de obras, de Leila Guerriero, y me
disponía a hacer una reseña del mismo, cuando me he dado cuenta de que
cualquier cosa que hiciera no iba a ser más que parafrasearlo. Lo que Leila
quiere contarnos en esta colección de artículos sobre su profesión: el
periodismo, no tiene una forma mejor de ser contado que las propias palabras
que ella usó. En alguno de los textos, plagia textos propios
anteriores y se excusa: "Escribí
algo que transcribo, no por pereza, sino porque no hay cien formas de pensar la
misma cosa".
Para Leila Guerriero, el buen
periodista −y yo añado, el buen escritor−, es aquel que tiene una mirada propia.
Eso marca la diferencia entre contar la misma historia de siempre, una historia
más, o contar la historia que uno vio, una historia diferente. En cualquier
caso, lo único que yo puedo aportar a la mirada de Leila Guerriero es mi propia
mirada sobre su libro −quisiera pensar que de escritora, de buena escritora ni
me atrevo a pensarlo− y transcribir aquí algunas de sus palabras que llamaron la atención a mi mirada,
sobre asuntos que, como escritora, me conciernen.
"En todo caso, pasarlo mal no es
la regla, pero pasarlo bien tampoco: cada quien debería encontrar su método, el
punto justo de presión, encierro, axfisia o ausencia de todas esas cosas en el
que la producción fluya mejor. Pero, yendo más allá, el punto es que no
importa. Disfrutar o no disfrutar: no importa. Disfrutar no debería ser la
aspiración de alguien que escribe".
"Un periodista es, más que un
especialista, un renacentista moderno, un experto en todas las cosas, pero de a
una cosa por vez".
"Si Arquímedes dijo: Dénme un
punto de apoyo y moveré el mundo, los periodistas deberíamos repetir: Dénme
tiempo para encontrar un punto de vista y escribiré un texto".
"Recordar la terrible dificultad,
la inevitable incompletud que se produce al decidir cuáles son las cosas −los
detalles, los hechos, los recuerdos− que cuentan una vida. Es un buen ejercicio
de modestia. Un gran antídoto contra la arbitrariedad".
"Pensar en otra cosa ayuda a
escribir. Exagerar ayuda a escribir. No darle importancia ayuda a escribir.
Escribir ayuda a escribir".
"Querer escribir y no querer leer
no sólo es un contrasentido. Querer escribir y no querer leer es una
aberración. Es, sin salvar ninguna distancia, como ser periodista y no tener
curiosidad".
"Hay que haber mirado mucho para
escribir tres líneas que lo digan todo".
"Mi método es la insistencia".
" (...)los periodistas tenemos
nuestra caja de herramientas. En la mía, hasta hace poco, había demasiadas
cosas: metáforas adjetivadísimas, sustantivos arrancados a las entrañas mohosas
de los diccionarios, efectos especiales, luces de colores,
guirnaldas, frunces, encajes, moños. Hoy, esa caja tiene la parquedad del
maletín de un forense: llevo los huesos del idioma, cuatro adjetivos, todos los
signos de puntuación, y pocos credos: que menos es más, y que las cosas se
dicen mejor cuando se dicen poco".
Pensándolo mejor, podría estar aquí
copiando sin parar frases que subrayé en la lectura y no habría más que
empezado a contar todo lo que disfruté con estos artículos de Leila Guerriero
(conocimiento, poesía, narración, autobiografía, humor...). Mejor lean Zona de obras. Se descubrirán asintiendo
con la cabeza a cada una de sus palabras.
Inmaculada Reina
Punto y Seguido
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