jueves, 26 de marzo de 2015

ZONA DE OBRAS, LEILA GUERRIERO.

  

  Acabo de terminar de leer Zona de obras, de Leila Guerriero, y me disponía a hacer una reseña del mismo, cuando me he dado cuenta de que cualquier cosa que hiciera no iba a ser más que parafrasearlo. Lo que Leila quiere contarnos en esta colección de artículos sobre su profesión: el periodismo, no tiene una forma mejor de ser contado que las propias palabras que ella usó. En alguno de los textos, plagia textos propios anteriores y se excusa: "Escribí algo que transcribo, no por pereza, sino porque no hay cien formas de pensar la misma cosa".

         Para Leila Guerriero, el buen periodista −y yo añado, el buen escritor−, es aquel que tiene una mirada propia. Eso marca la diferencia entre contar la misma historia de siempre, una historia más, o contar la historia que uno vio, una historia diferente. En cualquier caso, lo único que yo puedo aportar a la mirada de Leila Guerriero es mi propia mirada sobre su libro −quisiera pensar que de escritora, de buena escritora ni me atrevo a pensarlo− y transcribir aquí algunas de sus  palabras que llamaron la atención a mi mirada, sobre asuntos que, como escritora, me conciernen.

         "En todo caso, pasarlo mal no es la regla, pero pasarlo bien tampoco: cada quien debería encontrar su método, el punto justo de presión, encierro, axfisia o ausencia de todas esas cosas en el que la producción fluya mejor. Pero, yendo más allá, el punto es que no importa. Disfrutar o no disfrutar: no importa. Disfrutar no debería ser la aspiración de alguien que escribe".

         "Un periodista es, más que un especialista, un renacentista moderno, un experto en todas las cosas, pero de a una cosa por vez".

         "Si Arquímedes dijo: Dénme un punto de apoyo y moveré el mundo, los periodistas deberíamos repetir: Dénme tiempo para encontrar un punto de vista y escribiré un texto".

         "Recordar la terrible dificultad, la inevitable incompletud que se produce al decidir cuáles son las cosas −los detalles, los hechos, los recuerdos− que cuentan una vida. Es un buen ejercicio de modestia. Un gran antídoto contra la arbitrariedad".

         "Pensar en otra cosa ayuda a escribir. Exagerar ayuda a escribir. No darle importancia ayuda a escribir. Escribir ayuda a escribir".

         "Querer escribir y no querer leer no sólo es un contrasentido. Querer escribir y no querer leer es una aberración. Es, sin salvar ninguna distancia, como ser periodista y no tener curiosidad".

         "Hay que haber mirado mucho para escribir tres líneas que lo digan todo".

         "Mi método es la insistencia".

         " (...)los periodistas tenemos nuestra caja de herramientas. En la mía, hasta hace poco, había demasiadas cosas: metáforas adjetivadísimas, sustantivos arrancados a las entrañas mohosas de los diccionarios, efectos especiales, luces de colores, guirnaldas, frunces, encajes, moños. Hoy, esa caja tiene la parquedad del maletín de un forense: llevo los huesos del idioma, cuatro adjetivos, todos los signos de puntuación, y pocos credos: que menos es más, y que las cosas se dicen mejor cuando se dicen poco".



         Pensándolo mejor, podría estar aquí copiando sin parar frases que subrayé en la lectura y no habría más que empezado a contar todo lo que disfruté con estos artículos de Leila Guerriero (conocimiento, poesía, narración, autobiografía, humor...). Mejor lean Zona de obras. Se descubrirán asintiendo con la cabeza a cada una de sus palabras.
        

         Inmaculada Reina
Punto y Seguido

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