¿Quién
de vosotros no ha soñado alguna vez con aventurarse en un mundo diminuto para
disfrutar de una divina perspectiva?
Cuando era pequeño, siempre me cautivó la historia de Los viajes de Gulliver. Aquellos
seres diminutos, de diminutas viviendas y diminutos barcos anclados en puertos
diminutos, constituían la fiel representación de mis propios escenarios para los
Clicks, que sin duda eran mi juguete preferido. Lilliput siempre fue una
ciudad en la que me hubiese gustado vivir, siempre y cuando estuviera en la
piel del gigante, claro está.
Curiosamente,
el viaje a Lilliput, es de todos los viajes, el que más ha llegado hasta
nosotros, gracias a la multitud de adaptaciones en comics, cuentos para niños,
películas de animación, etc. Pero resulta difícil, cuanto menos inusual,
encontrar a alguien que sepa decirnos cuáles fueron los otros viajes que
realizó Gulliver.
Jonathan
Swift fue un clérigo irlandés que nació en Dublín en 1667 y murió en 1745. Su
vida, iniciada en la más absoluta pobreza, está plagada de éxitos y giros.
Trabajó para políticos y fue excelsamente valorado. Posteriormente se retiró
para ser clérigo en una vicaría de su país natal. Cuando murió, dejó toda su
fortuna a los pobres disponiendo que se construyera con cargo a ella un
manicomio. Su vida y sus escritos no están exentos de curiosidades.
Los
viajes de Gulliver no es un libro para niños, más bien al contrario. Es una inigualable
(y bastante actualizada, por cierto) sátira acerca de la política y la sociedad
en general, de la moral y la ética, de los derechos y obligaciones del
ciudadano, de nuestras glorias y sobre todo, de nuestras miserias.
Releí
recientemente la obra de Swift y disfruté con esta grata sorpresa, pues
esperaba encontrar el cuento que me acompañó en mi infancia, y sin embargo
tropecé con los cuentos con los que diariamente nos embaucan los políticos.
Aquellas consignas con las que, desde la época del autor, aún siguen manipulando al
pueblo. Encontré así mismo las razones por las que nuestra especie es
catalogada en multitud de ocasiones como cruel e injusta con nuestro entorno.
Sergey Tyukanov |
El
éxito del libro radica en sacar al ser humano de su realidad, aparentemente austera
y noble, y colocarlo en un mundo de fantasía, irracional y decididamente
absurdo, para definir y valorar las dudas que enfrentan a los ciudadanos de
esos excéntricos territorios: Lilliput, Brobdingnag, Laputa, Balnibarbi,
Luggnagg, Glubbdurbdrib y el país de los Houyhnhnms. Ni Gulliver, ni cualquiera de los avezados
lectores saldrá indemne de esos viajes.
No
dejéis de embarcaros en la aventura de Gulliver, pero no olvidéis llevar
colocada la coraza, pues esos países son menos inofensivos de lo que parecen. Y
no regreséis sin haber comprobado la crueldad, envidia y el egoísmo de la que
son capaces esos despreciables yahoos.
A
continuación os dejo, a modo de aperitivo, dos perlas del libro, con el fin de
convencer a los indecisos y a aquellos a los que aún les queden dudas acerca de
las intenciones del libro.
“Tres
reyes me aseguraron que a todo lo largo de sus reinados ni una sola vez habían
favorecido a una persona de mérito salvo por equivocación o engaño de algún
Ministro en el que confiaron, añadiendo que, de volver a vivir, no harían otra
cosa, demostrándome, con razones de gran peso, que el trono de un rey no puede
mantenerse si no es con la corrupción, pues esas cualidades positivas, ese
aplomo y esa obstinación que la virtud infunde al hombre constituyen obstáculo
continuo para los negocios públicos.”
Lilia Mazurkevich |
“Quedé sorprendido al ver en qué grado y con
qué rapidez se había propagado la inmoralidad en aquel Imperio como
consecuencia del lujo y desenfreno tan recientemente difundidos, lo cual hizo
que no me extrañasen tantos casos semejantes de otros países, donde ha imperado
el vicio en todas sus formas mucho más tiempo, y donde la gloria y todo el
botín los ha acaparado el Jefe Supremo, que era acaso quien menos derecho tenía
a ambos.”
Pedro Rojano
Punto y Seguido
Pedro Rojano
Punto y Seguido
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