lunes, 2 de marzo de 2015

EL CORRAL

Foto Davide Allegri

Dormíamos en un sucio cercado. Al caer el sol siempre había alguno que desataba el revuelo de almohadas, de gritos y risas. Algunas zapatillas sobrevolaban nuestras cabezas, antes de que llegara la medianoche. Entonces sonaba el cuerno y todos buscábamos un lugar donde escondernos.

Fingíamos dormir cuando abrían la puerta. Temblorosos oíamos crujir los tablones de la escalera, la mordaza, la resistencia, el pataleo. Rezábamos por nuestro compañero que ya no regresaría.


Por la mañana todo comenzaba de nuevo: las risas, los juegos, las carreras.

Pedro Rojano
Punto y Seguido

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